Siete maestro taoistas
Siete maestro taoistas
- EAN: 9788488066756
- ISBN: 9788488066756
- Editorial: Ediciones Neo-Person, S.L.
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 150 X 210 mm.
- Páginas: 192
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AGOTADO
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Tao Te Ching
El notable erudito y especialista en obras clásicas orientales William Scott Wilson presenta de manera rigurosa, y con importantes aportaciones que enriquecen la comprensión del texto, una nueva versión de esta obra clásica dirigida a sintonizar con el lector moderno.
Mientras que la mayoría de los traductores se basan en el texto «nuevo» del 200 aC., Wilson retrocede en el tiempo trescientos años más con el fin de trabajar de manera más precisa a partir de los caracteres originales que eran empleados en tiempos de Lao Tzu.
Al remitirse a aquellos caracteres más antiguos, Wilson nos brinda un texto que es más auténtico en su lengua, en su espíritu y en sus matices, manteniendo a la vez toda la belleza y la poesía de la obra.
Esta obra también incluye:
• Una introducción que cuenta la fascinante historia del autor del Tao, Lao Tzu, el «anciano» y archivero olvidado.
• Dos ensayos que exploran la relación entre el taoísmo y el zen, así como las influencias espirituales del Tao sobre las artes marciales de China y de Japón.
• La primera estrofa del Tao Te Ching, escrita a pincel con los caracteres antiguos.
• Múltiples citas adicionales del Chuang Tzu y de otras obras antiguas.
• Docenas de pinturas chinas a tinta, originales del siglo XVII.
dto.
Tratado taoísta, tai chi-qigong
El Tai-Chi es un método especialmente dirigido a aquellos que necesitan encontrar ese algo interior que les lleve a recuperar su propia armonía y a percibir la que flota en torno nuestro.
El Tai-Chi es una forma de integración dirigida a quienes nunca tuvieron la oportunidad de encontrar su propia vía. Pero tiene, además, la virtud de que, una vez asumido, se convierte en un modo de ser, en parte consustancial de uno mismo, sin que haya que compartirlo con nadie, es decir: sin que su práctica presuponga, como presuponen otras, compromiso alguno, ni moral ni religioso, con quienes se ha compartido el aprendizaje o la enseñanza. Pues se aprende una técnica que, a partir del instante en que se ha asumido, pasa a formar parte de nuestra totalidad como seres y nunca de ese sector de nuestra conciencia que nos obliga a institucionalizar de alguna manera nuestra relación con los que practican lo que nosotros practicamos.
Juan G. Atienza
dto.