En torno al manuscrito UCDM, esta obra de Kenneth Wapnick (Ph.D.), es un legado de gran valor psicoterapéutico así como didáctico, que apunta sin dilación hacia la estructura de especialismo en nuestras relaciones con los demás.

A través de esta presentación, podemos retomar la “responsabilidad perdida” e integrar un entendimiento sanador, cuya propuesta queda explícita en el adiestramiento mental que representa UCDM.

Necesitamos aprender este nuevo perdón: el de Dios y cuando acabes este libro lo reconocerás. Mientras nos identifiquemos con un cuerpo, nos falta el perdón de Dios. Si crees en el mundo y te empeñas en mejorarlo, necesitas el perdón de Dios. Sí, hay otra opción al intento de arreglar tu vida y la del mundo; perdonarlos. Ni te lo imaginabas. Esta puede ser una aventura que compartas con nosotros, vente. Quise hacer con este libro un altar al perdón de Dios y convocar a los defraudados de esta vida. He volcado aquí lo aprendido; sus protagonistas, su método, su resultado. He tratado de trasladar la santidad que he sentido al tocar este material, la complicidad con el Espíritu, Su administrador. Esta es nuestra materia, lo que necesitamos, la puerta de entrada al paraíso... el fin del mundo. Dicho así nadie entrará, hasta que nos aprendamos que quien se quede fuera seguirá muriendo y viendo muerte, prolongando el desastre. Quisiera que este libro fuera el epitafio del perdón del mundo: Aquí yace descalificado, el perdón del mundo. Descubierto su fraude, descartado su objetivo, por obsoleto, declarado muerto. El perdón de Dios, el perdón de Dios, el perdón de Dios. Agradezcamos a Dios Su perdón, Su regalo, porque con él podremos recordar Su rostro¿Quién quiere?

Éste no es el Evangelio que quise Ofrecerte

En este libro, fruto de un brote de inspiración, Núria Guinart nos habla de manera directa, como se habla a un amigo tomando un café. Desde la frescura de su claridad nos ofrece una visión liberadora que nos hace tomar conciencia de que todas nuestras limitaciones vienen dadas por la mente programada que nos separa del mundo. Vivir en la separación niega la divinidad de la que todos participamos. Entonces, ¿por qué no gozar de nuestra vida en un vínculo de amor indestructible? Tú eres la respuesta te anima a soltar el lastre de la identidad condicionada y conectar con la mente creadora, amorosa y libre. Es un canto a la unidad, a la sencillez, a la responsabilidad sin peso, una invitación simple y sincera a transitar nuestra felicidad.