Crees que se puede adelgazar sin hacer régimen ni tomar medicamentos, dar firmeza a los músculos sin hacer deporte y sin gastar dinero, tan sólo con un poco de agua fresca aplicada externamente? ¿Imposible, dices? ¡Inténtalo! Vamos a no taparnos las orejas ni cerrar los ojos, dándonos el tiempo necesario para escuchar y comprender. El baño derivativo es tan milagroso como dar el pecho materno. Data de la misma época, es decir, de los orígenes de la humanidad y sus efectos son igual de variados y benéficos. Actúa sobre el conjunto del cuerpo, sobre el sueño y sobre diversas funciones necesarias para la vida. Es una manera muy sencilla puesta a nuestro alcance por la naturaleza para estar en forma y mantener o recuperar la figura y la salud. Es utilizado en más de treinta países pero nadie osa hablar de ello en voz alta. Sin embargo sería de desear, en beneficio tanto de nuestra salud física como mental. Amplios sectores de la medicina oficial están ya interesando seriamente en los baños derivativos.

En este libro encontrarás originales y deliciosas recetas de quesos y otros lácteos, crudos y veganos: leche, batidos, mantequilla, yogur, queso, nata, mousses, helados, tartas de queso...

Puede afirmarse que el propóleo, esa sustancia natural recogida por las abejas de las yemas tiernas de los árboles y utilizada por ellas para diversas aplicaciones dentro del panal, representa uno de los subproductos más extraordinarios que esas diminutas criaturas han podido regalar al ser humano. Sus posibilidades de utilización a nivel mundial son cada vez más vastas, formando parte de miles de preparados de uso corriente en farmacia, cosmética y en la industria, tal como lo podremos comprobar a lo largo de esta completa investigación realizada por Pedro Crea, una de las autoridades argentinas en la materia.