Nueva explicación del origen de las religiones: el fosfenismo
Nueva explicación del origen de las religiones: el fosfenismo
- EAN: 9788495720108
- ISBN: 9788495720108
- Editorial: Fosfenismo,Ediciones (Instituto Fosfenologia)
- Año de la edición: 1753
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 150 X 210 mm.
- Páginas: 151
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Descripción
Los fosfenos son las luces subjetivas, posfosfenos, que persisten en la oscuridad durante tres minutos después de mirar fijamente una lámpara adecuada; el cofosfeno, son los colores que aparecen alrededor de la lámpara si la fijación de la mirada es un poco más prolongada. La mezcla entre los pensamientos y los fosfenos produce efectos pedagógicos maravillosos. Por ejemplo, niños completamente disléxicos leen de forma normal en tres meses, e incluso superan a la media de los niños de su edad. Pero este fenómeno ha sido utilizado instintivamente por todos los pueblos en algún estadio de su evolución, en los cultos solares, que asocian la oración con la fijación de la mirada en el sol. Esto sucede todavía con los zoroástricos, cuyos sacerdotes se llaman «magos». Por lo tanto, la magia, en el sentido original del término, es una ciencia de los fosfenos que se ha perdido.
Los niños pastores tienen la costumbre de jugar con los fosfenos, y mezclarlos con sus plegarias. Los principales hechos de la Iglesia Romana tuvieron como protagonistas a niños pastores. Otros niños utilizan instintivamente el reflejo del sol en el agua. Este fue el caso de la poetisa Minou Drouet, que desde muy joven fue un prodigio. Existen también pescadores que han adquirido cierto don de videncia, rezando mientras trabajaban, con el reflejo del sol en los ojos. Cuando Cristo nació, acudieron pastores y magos, las dos grandes categorías de especialistas en fosfenos de la Antigüedad, y Cristo fue a buscar a cuatro pescadores del lago Tiberíades para comenzar su predicación. Por lo tanto, el Fosfenismo desempeñó un importante papel en el nacimiento del cristianismo. Esto también es cierto para la religión de Mitra, en la que el futuro iniciado debía observar fosfenos en una gruta; los tibetanos también lo utilizaron y poseían en cada templo un libro de interpretaciones de los signos que aparecen cuando se fija la mirada en el sol; los brujos pigmeos miran fijamente una llama para buscar un terreno rico en caza, y sucede a menudo que un explorador que va con ellos tiene la misma visión en el mismo momento, debido a la gran transmisibilidad telepática de los fenómenos fosfénicos.
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Expansión cerebral por la luz natural
Desde los años 1950, sabemos que la luz tiene una gran influencia sobre las funciones hormonales por medio de la hipófisis. Una serie de investigadores han utilizado recientemente la acción estructurante de la luz sobre el sistema nervioso en la depresión crónica. En efecto, estos investigadores han observado que en ciertas formas de depresión, las recaídas más graves se producen durante el otoño, una época en que la luminosidad decrece. En diversos hospitales, las personas que padecen una depresión crónica se colocan bajo potentes lámparas capaces de producir al menos 10.000 lux.
El SDE (síndrome depresivo estacional), muy extendido en los países nórdicos a causa de la duración extrema de las noches, ha impulsado a los médicos e investigadores a buscar una alternativa a los medicamentos para combatir estos problemas. La luz se utiliza también como sincronizador para regularizar los ritmos de sueño completamente alterados. Actualmente, el cuerpo médico reconoce de forma unánime los beneficios que puede aportar el baño de luz mediante la lámpara de
De ahí a pensar que la luz podía tener un efecto estimulante sobre las facultades cerebrales, e intelectuales en particular, sólo había un paso, que el Doctor Francis Lefebure ya había dado en 1959, después de haber realizado numerosas observaciones detalladas.
Efectivamente, la luz es una energía que produce sincronizacíones entre las células cerebrales, acelerando y amplificando los procesos psicológicos. De forma que mirar fijamente durante un corto período una fuente luminosa adecuada, lámpara fosfénica, aporta una energía suplementaria al conjunto de la masa cerebral, lo cual mejora las capacidades mentales (memoria, concentración, ideación, creatividad, iniciativa, etc.). es decir, la inteligencia en su conjunto.
El extraordinario descubrimiento del doctor LEFEBURE es que LA MEZCLA DE UN PENSAMIENTO CON UN FOSFENO TRANSFORMA LA ENERGíA LUMINOSA EN ENERGfA MENTAL. Los fosfenos son las manchas de colores cambiantes que se observan en la oscuridad después de mirar fijamente durante un corto período una fuente luminosa adecuada, lámpara fosfénica. La «mezcla fosfénica» consiste en mezclar un pensamiento con un fosfeno.
La «mezcla fosfénica» es un MÉTODO EXCEPCIONAL de DESARROLLO PERSONAL que se puede aplicar a cualquier edad, sea cual sea el grado de dificultad y en todos los ámbitos de la vida.
dto.
Kundalini (del molino de oraciones a la dinamo espiritual)
¿Kundalini es la más profunda y la más misteriosa de las fuerzas del Universo, la más potente, la más terrible?
¿Sólo algunos grandes iniciados que se esconden en la inmensidad de Asia poseen la técnica de su despertar y de su mantenimiento, muy peligroso para los demás? ¿Existen realmente gurús que esperan pacientemente a los alumnos más aventajados para transmitir sus enseñanzas, que la mayoría de la humanidad todavía no es digna de conocer?
NO, responde el Dr. Francis Lefebure. Lo que es peligroso son los procedimientos que no tienen nada que ver con lo que actúa efectivamente sobre el despertar de kundalini, pero que se mezclan por rutina y falta de discernimiento con los elementos necesarios y suficientes para provocar su despertar.
Cuando se han depurado todas las prácticas inútiles para despertar esta fuerza, queda un PRINCIPIO aplicable de muchas maneras diferentes, pero entre las cuales la más rápida y eficaz es la "máquina que despierta Kundalini", es decir, el Girascopio.
El Dr. Lefebure precisa como cada cual puede PROVOCAR EL DESPERTAR DE KUNDALINI EN UNA O DOS SEMANAS A RAZÓN DE UNA HORA DE UTILIZACIÓN POR DÍA.
El resultado es absolutamente convincente. El sujeto entonces es libre de pararse aquí, o de ir más allá en su desarrollo con el Girascopio. Resulta evidente que esta afirmación provocará al principio vivas controversias en todos los medios que se interesan por el yoga, por la teosofía o por el hinduismo. Pero esta vez, no habrá términos medios: una u otra de las dos concepciones tiene razón definitivamente y totalmente; para resumir : "kundalini, fuerza difícil de despertar, y peligrosa" o "kundalini, fuerza muy fácil de despertar, muy beneficiosa y sin ningún peligro". Se abre el debate.
dto.
Fosfenismo, la clave científica de las manifestaciones
Los fosfenos son las manchas de colores cambiantes que se perciben tras mirar fijamente durante un corto periodo de tiempo una fuente luminosa. De esta forma despertamos una energía que permite el desarrollo de la memoria y el acceso a numerosos fenómenos psíquicos. La tercera fase del fosfeno, el «resplandor difuso» es una energía que emana del cerebro. Se puede fotografiar y permite percibir los objetos físicos en plena oscuridad. Está presente en el origen de fenómenos de videncia, sueños premonitorios, visiones y apariciones, así como en todas las manifestaciones sobrenaturales, como las que tuvieron lugar durante los Prodigios Solares de Lourdes, Fátima y Kerezinen, que siempre cuentan con la presencia de niños. Los fosfenos se transmiten fácilmente por telepatía .. Cuando un grupo o una multitud hace fosfenos, éstos se aceleran y provocan la «Danza del sol», de ahí el oscurecimiento aparente del sol, los balanceos, temblores, rotaciones y sensación de caída, que no son más que los ritmos del cofosfeno solar amplificados por la importancia del grupo. Se obtienen los mismos fenómenos utilizando una lámpara. Además, esta energía emitida por el cerebro se acumula en el lugar donde se utilizan regularmente los fosfenos, así como en el «aura» de las personas que los practican. Estas sales fosfénicas, es decir, la energía producida por la mezcla de un pensamiento con el fosfeno, constituyen lo que antiguamente se llamaba los «egregores», que son la base de todos los lugares santos y de todos los lugares sagrados, pues permiten acceder a los planos sutiles, a los mundos invisibles. Estos fenómenos no son tan raros como podría pensarse, pero existe un cierto «tabú» y de ley del silencio impuestos para evitar que los «secretos iniciáticos» se divulguen. ¿A quién pueden beneficiar estos fenómenos y estos acontecimientos? Las investigaciones del Dr. Lefebure muestran elementos que nadie había analizado antes. El lector se sorprenderá al descubrir que él también puede producir estos «milagros», así como otros muchos fenómenos de los que habitualmente se habla poco.
dto.