Abecedario de la sabiduría
Abecedario de la sabiduría
- EAN: 9788417694357
- ISBN: 9788417694357
- Editorial: Ediciones Urano, S.A.
- Año de la edición: 1753
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 130 X 180 mm.
- Páginas: 352
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Descripción
Un libro de pequeño formato que condensa conceptos filosóficos de forma amena y sencilla.. Diccionario de 150 entradas.
Tres amigos, tres sabios, tres líderes del pensamiento actual. Christophe André, Alexandre Jollien y Matthieu Ricard, psiquiatra, filósofo y monje budista, arrojan luz a estos tiempos inciertos con su ABC de la sabiduría: una guía luminosa en un formato irresistible para para vivir con más claridad, coherencia y alegría.Desde el Amor hasta el Zen, "Abecedario de la sabiduría" presenta 150 cuestiones esenciales que abarcan desde temas eternos -ansiedad, dinero, depresión, ego, felicidad o vulnerabilidad- hasta otros especialmente relevantes en el momento actual: altruismo, cambio, caos, ecología, empatía, resiliencia, vejez. 150 palabras que introducen pequeños textos, concisos y accesibles, clasificados por orden alfabético. Los autores acompañan cada entrada con pequeños consejos prácticos que nos ayudarán a abandonar lo superfluo para volver a lo esencial.
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Tiempo Real arte de dejar que la vida suceda
“El tiempo no perdona”, oí esta frase por la calle refiriéndose al decaimiento de la vejez. Otro día un vecino de reciente jubilación me habló de cómo “matar el tiempo”. Lo de matar el tiempo es una frase muy tópica, pero nunca me había impactado tanto. Ambas frases me sonaban a que el tiempo fuera un enemigo muy peligroso.
Tiempo después encontré en un poema de Jeff Foster otra percepción distinta referente al tiempo: “¿Quién podría morir al tiempo?” En el contexto del poema se refería a quién podría asumir la dicha de entregarse totalmente al vacío del tiempo, es decir, al no tiempo.
La mitología griega nos muestra tres dioses del tiempo: Cronos, Aión (Eón) y Kairós. Cronos, dios del tiempo medido, marca los objetivos necesarios en nuestra vida social; Aión es el dios de la eternidad, del no tiempo. Los animales, los niños y los ancianos viven en ese estado intemporal; Kairós, dios del momento fugaz e inesperado, cuando todo es sincronía y magia sin necesidad de ordenarlo con nuestro control racional.
Le oí decir a Alejandro Jodorowsky que hay tres formas de entregarse al tiempo cuando vamos caminando y queremos llegar a un destino, yo le añado los tres dioses griegos: una forma es la de escoger la distancia más corta, aquí estaríamos entregándonos a Cronos para llegar antes; otra forma sería la de elegir el camino más bello o desconocido, podría ser el tiempo de Kairós; y entregarnos al instante presente, donde sentimos que ya hemos llegado en cada paso dado, ese es Aión.
dto.
La memoria sagrada
La memoria sagrada es la puerta abierta a la vivencia del alma, término que equivale a la conciencia despierta que observa la Realidad a través de la mente iluminada. Tomando como referencia una talla del siglo xv, conservada en el monasterio de Santo Domingo de Silos, en este libro se expone el itinerario que conduce desde la conciencia condicionada por una mente no iluminada, hasta la conciencia libre de ese condicionamiento, la conciencia despierta o búdica. La descripción de ese recorrido iniciático permite establecer la unidad primordial de todas las corrientes de espiritualidad, especialmente las que tienen como referencia a las figuras de Buda y Jesús, los mayores exponentes de esas formas de energía espiritual a las que llamamos sabiduría y amor
dto.
La sangre del pobre
Es el profeta de los tiempos modernos, ante los cuales todos los dema?s parecen mudos. Vitupera mejor que los profetas; su fuego se alimenta de todo el estie?rcol de nuestra e?poca.
Franz Kafka
Algunos han definido a Le?on Bloy (1846-1917) como “anarquista de derechas”, la verdad es que es inclasificable y se pueden decir de e?l muchas cosas, salvo que sea un escritor com- placiente. Bloy nacio? en Pe?rigueux de un padre anticlerical, mason y volteriano y una madre cato?lica, y parece que estos extremos se reflejaron en su naturaleza radical y virulenta. En su juventud fue un ateo militante, un verdadero enemigo de Cristo y la Iglesia. Sin embargo, muy pronto, bajo la influencia del escritor Jules Barbey d’Aurevilly, a quien conoce hacia 1868 y quien sera? su mentor y protector, se convierte al catolicismo, credo que vivira? con una gran intensidad y compromiso hasta el fin de sus di?as.
Bloy critico? sin tregua su e?poca, una sociedad que odiaba porque encarnaba un mundo sin Dios: ateos, cle?rigos mundanos, burgueses enriquecidos, obreros descrei?dos, pasan un duro examen en sus escritos… y nadie sale inco?lume, ni tan siquiera sus amigos, con la mayori?a de los cuales acabo? distancia?ndose. Pero aquellos que tuvieron el aplomo de aguantar sus diatribas, descubrieron en e?l un gran cristiano y excelente escritor, de corazo?n misericordioso que empatizaba con despreciados y afligidos. Desempen?o? un papel crucial en la evolucio?n espiritual de muchos intelectuales a quienes reconcilio? con el cristianismo, como los filo?sofos Jacques y Rai?ssa Maritan y el pintor Georges Rouault, entre otros.
La sangre del pobre (1909) es una de sus obras ma?s importantes. En ella desenmascara con total libertad de consciencia –de la que fue tan celoso y por la que pago? un precio alti?simo– la decadencia, hipocresi?a y crueldad de su sociedad. Georges Bernanos puntualiza que Bloy, a causa de su exaltacio?n, puede parecer incongruente, pero que en realidad su pluma se mueve inspirada por el Espi?ritu.
dto.