Mis vecinos de arriba es un libro, escrito en primera persona que, con un tono ameno e informal, va desgranando un tema de gran interés. Su autora, Isabel Ávila, relata sus propias experiencias, que se han ido sucediendo a lo largo de los años, y que le han llevado a establecer un contacto directo y cotidiano con esos Seres de Luz a los que todos conocemos más familiarmente como Ángeles . Este volumen recoge vivencias que sorprenderán a los lectores y que su autora ha decidido contarlas con un único objetivo: ofrecer ayuda a todas esas personas que se encuentren en la actualidad experimentando un proceso similar al suyo. Y también, por qué no, a las que todavía no hayan llegado a ese proceso. Es, en definitiva, un libro de autoayuda en clave diferente.

Isabel Ávila nació en Madrid a mediados del siglo pasado. Inició sus estudios de Derecho con intención de convertirse en juez, hasta que la publicidad se cruzó en su destino y cambió el rumbo de su vida. Durante más de treinta años se ha dedicado a la publicidad, al marketing y a la comunicación.

Los ángeles fueron creados por Dios con atributos sobrenaturales para llevar su Palabra a los seres humanos y el mensaje de esperanza que portan influye en nuestra salvación. No están en nuestro universo físico, sino en una región espiritual que las Sagradas Escrituras nombran como el Cielo, pero muchas personas refieren sentir de cerca su poder protector aquí, en la Tierra.

A través del tiempo y las diferentes tradiciones, los hombres han testimoniado la presencia angélica. Esos mensajeros celestiales intervienen en las decisiones de la humanidad, corrigiendo, aliviando y ayudándonos a transitar el paso vital.
Presentes de una manera poderosa en las religiones monoteístas de Occidente, los ángeles son compañeros de los hombres en su camino cotidiano. Si bien durante siglos se los vio como portadores de fenómenos o solo presentes en la vida de seres excepcionales que podían torcer la historia, hoy en día nuestra visión sobre su presencia tiende a incluirlos y llamarlos por nuestras necesidades. De esa manera, en cada conflicto que se resuelve de forma misteriosa ante nosotros, podemos apreciar su participación.
Son instrumentos de Dios. Son la voz divina que necesitamos escuchar, con un registro que podemos entender. Son el brazo directo de la eternidad en nuestras vidas.
Este nuevo libro de Julián Victoria nos permite convocar un ángel para cada día, con la certeza de su presencia constante, para seguir sus efectivos consejos. Esto será motivo de felicidad y dicha para nuestro corazón.