Como escritor de ciencia, me sorprende observar constantemente el hecho de que ésta es mucho más extraña que la ciencia ficción y que el universo es mucho más increíble que cualquier cosa que pudiéramos haber inventado. A pesar de ello, sin embargo, muy pocos de los extraordinarios descubrimientos del siglo pasado parecen haber calado en la conciencia pública.
Aunque he leído explicaciones muy difundidas sobre estos temas, a menudo me han dejado desconcertado, incluso teniendo una formación científica. Me cuesta imaginar cómo debe ser para las personas que no son científicos.
Invito al lector a sumergirse en un universo tan bello como extraño.

Marcus Chown

La verdad profunda

Una obra que desvela algunos de los más grandes secretos de todos los tiempos: la transformación del ADN, la ciencia de la consciencia, los agujeros de gusano, los viajes por los portales estelares, la geometría sagrada, las arcanas conspiraciones de la antigüedad, el tiempo multidimensional, el calendario maya y un nuevo y asombroso modelo de campos de energía galácticos que desencadenan la evolución mental, biológica y espiritual.

Los asombrosos hallazgos de las investigaciones sobre EL CAMPO FUENTE

«El Campo Fuente es la clave para descifrar todos los misterios y para responder definitivamente las grandes preguntas: quiénes somos, de dónde venimos, cómo llegamos aquí y adónde vamos.»

«Hay una inteligencia oculta, un campo energético viviente que sustenta todo el Universo y que guía cuidadosa y meticulosamente nuestro destino sobre la Tierra.»

«Podría decirse que el efecto fantasma del ADN es uno de los descubrimientos científicos más significativos de la historia moderna. [...] Ahora ya hay pruebas de que el ADN está interconectado con un campo de energía invisible, todavía por descubrir.»

«La percepción de que existe una interconexión geométrica global tiene una amplia base científica. Esta misma geometría aparece en la mecánica cuántica, en el código genético, en el sistema solar, en la distribución de las galaxias a escala cósmica y en el gas y el polvo de los confines del universo.»

«Los mayas investigaron los ciclos que podían emplearse en abrir portales para viajar por el tiempo y por el espacio.»

«Todos queremos que este mundo llegue a ser un lugar mejor, y ahora disponemos de una nueva serie de herramientas para lograrlo. No somos meras víctimas y es evidente que no estamos solos. El Universo es algo así como un superser consciente que nos estimula a dar un salto cuántico en nuestra comprensión de quiénes somos y qué somos, y que aporta a todo el sistema solar el impulso de energía galáctica necesario para llegar hasta allí.»

Prepárate para hacer una visita guiada a los misterios científicos más increíbles del mundo moderno, que puede equivaler al redescubrimiento de un antiguo sistema de física y de espiritualidad que se entendía y aplicaba de manera generalizada en tiempos remotos, pero que se ha ido perdiendo hasta quedar casi olvidado.

Más de dos millones de personas han visto en internet el documental de David Wilcock El enigma 2012 [The 2012 Enigma]. Ahora, en esta nueva y reveladora síntesis de ciencia oculta y de antiguas profecías, David Wilcock expande su visión y aporta una investigación pionera de las ciencias alternativas en la que despliega una profunda comprensión de lo que nos depara el futuro. Wilcock explica que el 2012 constituye un punto de inflexión a partir del cual la humanidad se abrirá de manera generalizada a una realidad más amplia, y presenta muchas de las claves de la Edad Dorada naciente.

Un astrofísico realiza un llamamiento fascinante ?y urgente? a una nueva «Ilustración» para socorrer a la humanidad mientras nos enfrentamos a la crisis existencial del cambio climático. Gleiser argumenta que estamos utilizando el paradigma equivocado para relacionarnos con el universo y entender nuestro lugar en él. En El universo consciente nos invita a que adoptemos una nueva perspectiva centrada en la vida, que reconozca lo rara y valiosa que es, y por qué debería ser nuestra misión preservarla y cuidarla. El paradigma de Gleiser replantea los ideales de la modernidad y propone una nueva dirección para la humanidad, impulsada por la razón y la curiosidad (precisamente, motores de la ciencia), y cuyo propósito sería reubicarnos como el lugar donde la vida se hace consciente. De esta forma, recuperaríamos una brújula moral que podría utilizarse tanto para guiar la ciencia como la política que orbita en torno a ella.