La voluntad (ratzón) de este escrito (séfer), explica la autora, «es compartir mi sentir hacia el amor del Eterno a través de su Creación».

Un viaje hacia el interior del alma y a través de la cosmogonía cabalística.

Diálogos entre Álef y Bet, las vibraciones masculinas y femeninas que se entrelazan para crear el átomo divino, revelándonos los más sublimes misterios del alma a su camino hacia Ahavah.

Un viaje que comienza en el interior de tu alma, el microcosmos, expandiendo su fuerza de amor hacia la más increíble de las experiencias que uno haya podido jamás imaginar. El amor verdadero.

Desde el corazón, Míriam Díaz Calero nos comparte el viaje a las profundidades del alma, hacia la trascendencia, el mundo de la unidad, el mundo de la Álef.

Impregnado en el sentimiento del amor más puro y saludable, pues el amor verdadero empieza en ti y se extiende al otro, se entrelaza a toda la Creación.

Desde el adormecimiento hacia el gran despertar, Séfer Ahavah (Libro del Amor) es el viaje hacia las profundidades del alma, es el camino del corazón, el que te neta al encuentro con el amor verdadero.

Toda la sabiduría recogida en este séfer del corazón, respiración con alma consciente, mente cuerpo y alma en sintonía.

Había una vez un sentimiento, una emoción, una elevación del alma tal que lo que se creyó amor quedó como la experiencia necesaria para recibir el amor de verdad.

Esa unión que converge al átomo divino, la unión entre los códigos y vibraciones sagradas entre Álef y Bet.

El Arbol de la vida es la base de los misterios católicos y el fundamento de la antigua tradición judía que a su vez procedía de Egipto. Es la base de la filosofía pitagórica y de la geometría. Es la base de los misterios rosacrucianos y de la masonería, y demostrará ser la llave de los misterios de las sociedades secretas.

La Rosa de trece pétalos, del erudito internacional Rabino Adin Steinsaltz nos ofrece una visión de la Cábala desde el interior del judaísmo. Con sus palabras viajamos por los principios esenciales de la Ley Judía, como los preceptos, las festividades, el Sabat, el profundo concepto de arrepentimiento con matices insospechados para el cristianismo, la santidad de lugares, tiempos y personas, la oración…

Lo enlaza de modo tan desconcertante como contundente con los complejos conceptos cabalísticos de la Cábala luriánica, como los cuatro (o cinco) Universos, las diez Sefirot, o sus tres pilares: el misterio de la Contracción (Tsimtsum), la Ruptura de las Vasijas (Shevirá haKelim) y la Reparación (Tikún). Aborda incluso la angeología y las tradiciones post-talmúdicas de los Palacios Celestiales (Hekalot) vinculados a la Ma’aseh Merkavá o Trabajo del Carro Celeste, inspirado en el Libro de Ezequiel.

El lector descubrirá de qué manera la milenaria Cábala vertebra el judaísmo y es su misma esencia. Inevitablemente, uno se cuestiona sobre sus orígenes, que van mucho más allá de sus supuestos inicios en una Provenza o Gerona del siglo XIII. Lo supuestamente oculto está presente de manera visible desde tiempos remotos en sus oraciones, en sus festividades, en sus preceptos y en sus símbolos. Traducida a nueve idiomas, es de recomendable lectura tanto para quienes se acercan por primera vez a la Cábala, como para los estudiosos del judaísmo. Su claridad, simplicidad y honestidad deslumbran. Para que no haya duda de sus objetivos, la obra se enmarca en El Zohar. Comienza con la apertura de El Zohar y la cita de El Cantar de los Cantares 2:2 en su prólogo, que da título a La Rosa de Trece Pétalos. Culmina con un comentario del Patach Eliyahu (Elías Comenzó), prólogo del Tikkunei haZohar (Correcciones a El Zohar), obra publicada dos siglos después de El Zohar. El Patach Eliyahu, una oración incorporada a la liturgia diaria de la tradición sefardí, no es sino una detallada descripción del Árbol Sefirótico.