Concentración y relajación para niños
Concentración y relajación para niños
- EAN: 9788416788217
- ISBN: 9788416788217
- Editorial: Kitsune Books
- Año de la edición: 2018
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 150 X 230 mm.
- Páginas: 125
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Disponible 48/72 horas
Descripción
Un enfoque práctico y lúdico para calmar a los niños, relajarlos y desarrollar su capacidad de atención. En este fantástico libro ilustrado, Jacques Choque, autor best seller de Masajes para niños y bebés, propone cien ejercicios divertidos y fáciles que ayudarán a los niños a desarrollar su creatividad, la calma y la serenidad y facilitarán su crecimiento gracias a eficaces técnicas de respiración, concentración, relajación y visualización inspiradas en las técnicas ancestrales del yoga.
Jacques Choque es educador deportivo, especializado en yoga, relajación, gimnasia suave y tai chi. Es una de las autoridades francesas de la realización de masajes con bebés y niños, y ha publicado más de cuarenta libros prácticos que se han traducido a diferentes idiomas en todo el mundo.
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El amor maternal
Partiendo de un punto de vista psicodinámico – aunque abierta también a otras tendencias- Sue Gerhardt explica la importancia para el bebé del amor y cuidado maternos, sobre todo en los primeros años de vida. La autora ha profundizado tanto en el campo de la psicología como en el de la neurociencia y la bioquímica, y relacionando los avances de estas ciencias nos muestra una nueva perspectiva de las relaciones madre bebé y las repercusiones que la cualidad de dichas relaciones pueden conllevar. Por primera vez, gracias al estado actual de las investigaciones podemos acceder a una explicación biológica de nuestra psicología, comportamiento social y regulación emocional, mediante la comprensión de lo que sucede en la infancia. Sue Gerhardt entra de lleno en el estudio de dicha regulación emocional desde el comienzo de la vida, y nos muestra cómo las primeras experiencias emocionales pueden alterar la química del cerebro, ya que la falta de una buena relación madre-bebé da lugar a que no se estimulen los circuitos cerebrales de manera adecuada pudiendo incluso condicionar, en los casos más graves, alteraciones en la anatomía cerebral. Nos habla también de las graves consecuencias del estrés que aparece cuando existen trastornos emocionales.
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Las emociones
A lo largo de la vida, las emociones juegan un papel fundamental en nuestro equilibrio personal y en la regulación del comportamiento. Nos informan sobre nuestro estado y sobre lo que necesitamos para estar bien. Condicionan nuestras relaciones con los demás. Las emociones nos exponen a todos a una experiencia compleja e invasiva, a menudo difícil de aprehender, incluso siendo ya adultos. Sin embargo, el niño necesita del apoyo de un adulto para comprenderlas y para aprender a reaccionar de manera apropiada. Enseñar al niño a reconocer sus emociones es invitarlo a escuchar su propio cuerpo para ayudarle a gestionar mejor sus recursos emocionales y relacionales. Las emociones es una obra dirigida al niño y a su entorno adulto para invitarlo a hablar de sus emociones. Para leer juntos y pasar un rato constructivo en el que el niño tendrá la ocasión de apropiarse de nociones importantes que le permitirán responder mejor a sus necesidades. AUTORES CECILE LANGONNET Psicóloga clínica para niños y adolescentes. Tiene un máster en Ciencias Humanas y Sociales, mención de Psicología, con la especialidad de «Psicología clínica del desarrollo: infancia, adolescencia y envejecimiento». Ejerce como psicóloga en la Universidad de Aix-Marsella SOUFIE REGANI creció en la zona del Jura, Francia. Después de estudiar Artes Aplicadas, trabajó como diseñadora gráfica durante dos años, y en 2010 comenzó a ilustrar a tiempo completo. Es autora e ilustradora de una treintena de libros para niños.
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Soy papá . Vol. I
Tener un hijo es relativamente fácil. Ser padre, no. No lo es porque nadie te prepara para ello y nadie te enseña cómo hacerlo. Como mucho te dicen aquello de que tienes que aprovechar para dormir porque luego no lo podrás hacer o te aconsejan que aproveches su infancia porque crecen rápido; pero a la hora de la verdad, todo se pone patas arriba quieras o no, porque un bebé es un ser totalmente dependiente, que podría incluso definirse como egoísta si tenemos en cuenta que solo piensa en su bienestar y poco le importa que las ojeras nos lleguen al suelo. Dicho así suena negativo, un comportamiento a modificar mediante una educación basada en enseñarle que no puede tenerlo todo en la vida. Sin embargo, si no nos quedamos en la superficie, si miramos más allá, podemos llegar a comprender que todo lo que un bebé puede llegar a hacer no es más que una segunda oportunidad que nos da la vida para entender quiénes somos, de dónde venimos y qué es lo realmente importante. Por eso, al nacer mi hijo mayor, que ahora tiene 11 años, decidí esforzarme en entender su manera de ser y decidí abrir mi mente a la posibilidad de que el que estaba equivocado era yo, y no él. Así opté por criar y educar, a él y a sus hermanos, de la manera que consideré mejor, pese a no ser siempre del agrado de la mayoría de la sociedad. Y lo curioso, después de tantos años, es que no sé si es la buena. Ni siquiera considero que mi verdad sea LA VERDAD. Pero es tanto lo que he aprendido en todo este tiempo, con mis tres hijos, y con Miriam, que una manera de plasmarlo es a través de este libro y los dos siguientes. Tres libros que constituyen la suma de todo lo que como padre habría querido leer o escuchar al serlo.
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Hacer Buda
Cuando era niño y llegaba a casa después del colegio, tenía que afrontar, como todos los niños, mis obligaciones: los deberes, estudiar… Al finalizar estas tareas, empezaba con otras: desconectaba del mundo que me rodeaba viendo mis series de televisión preferidas o imaginando nuevas aventuras con mis juegos. Y lo lograba, pero no conseguía aclarar muchas de mis dudas ni acabar con esos miedos que tenía, ni llegaba a aplacar mi enfado cuando me peleaba o me castigaban y me enfurecía. Todo eso, por mucho que disfrutase jugando y mirando la televisión, seguía dentro de mí, y crecía.
La constante actividad a la que, como niño, me enfrentaba día a día me provocaba estar nervioso; tenía pesadillas, malestar y me sentía inseguro de mí mismo. Hasta que comencé con mi padre a practicar la meditación e inicié un camino que hoy sigo recorriendo. Con la meditación aprendí a combatir y calmar dentro de mí toda esa energía negativa y a transformarla en energía sana, positiva, y más poderosa; conseguí entender mis errores, ser parte de la solución y no del problema, enfrentarme a mis temores y controlar la ira y la rabia; logré tener seguridad en mí mismo y absoluta confianza en todas mis acciones. Con una mente sana, el cuerpo es más sano y fuerte, y afronta mucho mejor los estudios y toda nuestra actividad física y mental. Con la meditación he conseguido encarar esos obstáculos que, más tarde o más temprano, todos debemos afrontar y que, conforme vamos creciendo, se multiplican y son más difíciles, aunque no imposibles, de superar.
A mí me ha ayudado mucho haber empezado a meditar siendo todavía un niño, cuando llegaba del colegio, hacía mis deberes y le decía a mi padre: "Papa, ¿hacemos Buda?”
dto.
