Son muchas las personas que se sienten atraídas por la posibilidad de conocer el futuro mediante algo tan cotidiano como un juego de naipes. Sin embargo, no son tantos quienes saben cómo se deben realizar las tiradas. Y, aún peor, abundan los que de todas formas lo intentan e, irresponsablemente, auguran sucesos sin tener en cuenta si están actuando de manera beneficiosa para quien se acerca a consulta para preguntar por sus problemas.

Este curso completo constituye una herramienta que permitirá que más personas conozcan el método correcto de lectura de las cartas españolas. También servirá para que aquellos que ya conocen las técnicas amplíen sus conocimientos. Escrito con seriedad, responsabilidad y más de cuatro décadas de experiencia de la autora en el estudio de diferentes mancias, pretende ser un manual de estudio y no una simple guía. El objetivo del libro no es convertir a cualquier persona en un adivinador del futuro, sino enseñar al ser humano a interpretar las señales cotidianas que conducen a un destino que siempre podrá ser modificado. Porque el futuro es el resultado de cada uno de los actos que cada persona lleva a cabo en su presente.

Al abrir este libro y comenzar su lectura, descubrimos que cada poema adopta el nombre de cada uno de los veintidós arcanos mayores del Tarot. Cada página de esta obra nos pone en contacto directo con un palpitante simbolismo que nos invita a adentrarnos en el mundo del inconsciente y de lo desconocido. Lesoj sabe muy bien que los arquetipos siempre se escapan de las manos de sus creadores. Sus palabras, al igual que sus imágenes, reverberan en lo más profundo de nuestro sentir. Son senderos por los que transita el inconsciente. Son caminos invisibles que hay entre las ataduras de la materia y la llamada del espíritu. Senderos vibrantes que nos incitan a la experiencia, a jugar, a explorar el juego de la vida con todos sus matices. Transitar estos caminos de la mano de Lesoj, nos hará sentir como si perteneciéramos a una fraternidad invisible. Para Alejandro Jodorowsky, “el Tarot es el libro más importante de la cultura occidental”. Tanto que, opina que debería estudiarse en las universidades. Lesoj, al igual que Jodorowsky, usa el Tarot de Marsella porque según sus propias palabras es el más artístico y a su vez el más velado. Su habilidad estriba principalmente en sacar puntadas del inconsciente colectivo y tejer un tapiz de curiosos fractales que nos impactan hasta alcanzar una visión transcendente de la realidad. Arte en estado puro.

En esta obra se exponen de manera sucinta y detallada las características de cada una de las cartas que componen la Baraja Tarot, con los diversos significados y simbolismos de cada naipe, tanto de los Arcanos Mayores como los Arcanos Menores, cuya relación entre sí también aquí se indica. Al mismo tiempo se estudian y se ilustran con detallados dibujos las diversas barajas de Tarot más conocidas, como la de Venecia, de Marsella, de Bolonia,junto con la manera de practicar este método de adivinación, como el de las siete cartas, el del nombre y otros, todos ellos conducentes a obtener una respuesta a las preguntas del consultante.

El largo camino hacia la Tierra Prometida fue acompañado por el Gran Ser del que se habla desde los lejanos días de la Atlántida, cuando el hoy Maestro Ascendido Saint Germain, y representante del Señor Cósmico del Séptimo Rayo en nuestro planeta, era un alto sacerdote del Templo de los Misterios en Poseidón, la capital del Imperio de la Atlántida.

Tras la catástrofe ya prevista llevaron el conocimiento eterno al continente africano y crearon Egipto, que fue durante miles de años el depositario de ese conocimiento.

Para recordar los nefastos resultados que, cegados por el Poder del Mundo, los seres humanos produjeron en la Atlántida, los ancestrales sacerdotes iniciados crearon un sencillo juego basado en 22 números sagrados, con símbolos que ligasen los dos órganos que distinguen al Homo Sapiens -el cerebro y las manos-, y le agregaron una Esfinge numerológica que permitiese infinitas combinaciones de juegos y entretenimientos para estimular la capacidad de concentración y para garantizar la transmisión del conocimiento contenido en esa rueda, que en Alejandría fue llamada Tarot.

Elocuentes y directos en simbología, sus significados están basados en valores alquímicos, astrológicos y cabalísticos, formas en que ha llegado hasta nosotros la ciencia homogénea de los antiguos egipcios.