El Continente de la Luz: Poemas Antártico
El Continente de la Luz: Poemas Antártico
- EAN: 61424
- ISBN: 61424
- Editorial: EdicionesTierra Polar
- Encuadernación:
- Medidas: 140 X 220 mm.
- Páginas: 123
(0 Comentarios)
Comenta y valora este libro
AGOTADO
Descripción
Óscar Pinochet de la Barra, integrante de las primeras expediciones chilenas a la Antártida, diplomático y ex-director del Instituto Antártico Chileno (INACH), ha sido una figura fundamental para la soberanía y los derechos de Chile en el Continente Blanco.
Autor de numerosos estudios e investigaciones sobre la Antártida, Pinochet de la Barra ha plasmado también en poemas sus vivencias antárticas, es decir, su inmersión en el Continente de la Luz:
Siento terror
mientras describo en el vacío
misteriosas geometrías
Bajo estricto control
cierro los ojos inservibles
La velocidad me inmoviliza
sólo me salva
la hebra de claridad polar
que un día los hielos
prendieron en mi retina
La inmensidad me invade
dulcemente
y en el sueño comienzo a comprender
¿De qué otra forma sino por medio de poemas -Poiesis- es posible describir la vivencia del peregrinaje antártico y el conocimiento de la región en el último escalón antes de abandonar el planeta?
Los poemas antárticos de Óscar Pinochet de la Barra son odas, expresiones de un explorador fascinado por el descubrimiento de un mundo dentro del mundo; un continente cincelado en las formas y colores del hielo y de la luz.
Otros libros de Civilizaciones
La conciencia : el enigma desvelado
¿Tenían los antiguos conocimiento de la naturaleza holográfica de la mente y del modelo de realidad que ha descubierto la física cuántica? ¿Conocían los egipcios la autopoiesis, término utilizado para describir el proceso de cognición en los seres vivos y que ha revolucionado el mundo de la biología? ¿Esconden los textos jeroglíficos contenidos simbólicos que han pasado desapercibidos por los egiptólogos y que explican la razón de ser de la Gran Pirámide? ¿A qué se refería Platón en uno de sus diálogos cuando indicaba que, de forma periódica, se cierne sobre la Tierra una catástrofe proveniente del cielo que vuelve a dejar a los seres humanos como si fueran niños?
En suma, Conciencia llena un gran vacío en el campo del pensamiento y desvela el que más grande los enigmas: la genealogía de la conciencia. Su autor, Guillermo Caba Serra, es licenciado en periodismo por la UAB y diplomado de postgrado en Comunicación Científica por la UPF. Se ha especializado en la elaboración de informaciones científicos y de investigación. La elaboración de Conciencia es fruto del golpe de timón que en el año 2001 dio a su itinerario vital. Inició un periplo de viajes de investigación y documentación que le llevó a la Sierra Tarahumara, los ríos Napo y Amazonas, Manaus, el río Negro y el río Madeira, el desierto de Atacama y los Andes peruanos, Turquía y la república de Tuvá, en Rusia, conviviendo siempre con comunidades indígenas.
dto.
La espiritualidad de los habitantes de América a través del tiempo
Una Historia espiritual de América. La arquelogía, los códices prehispánicos, la mitología, el nagualismo, Rudolf Steiner (fundador de la antroposofía en el siglo XX) y Juan de san Grial (renovador del catarismo en el siglo XXI) aportan visiones a veces complementarias sobre los antiguos habitantes de América. A partir de ellas, este libro descubre nuevas perspectivas aún.
Muchas tribus indias norteamericanas veneraban al gran espíritu danzando alrededor del fuego o de un poste o tótem. El gran espíritu es el mismo que el dios viejo del fuego de Mesoamérica, alrededor de cuyo brasero da n zaban sobre la pirámide circular de Cuicuilco (México). Y este dios viejo del fuego es el mismo que el Señor de la dualidad en Mesoamérica: dios padre como manifestación masculina de la divinidad padre-madre (Ometeo tl). Diosas madres eran Tonantzin y Coatlicue en Mesoamérica, Mama Pacha y Mama Qucha en los Andes.El dios mesoamericano Quetzalcóatl (Kukulkán) y el andin o Viracocha manifestaron probablemente a dios hijo. En Mesoamérica, el autosacrificio de los dioses produce los astros: el sol, la luna, Venus y las estrellas. Desde hace más de mil años, Quetzalcóatl, sus seguidores y los naguales han sacrificado su cuerpo físico en el fuego interno, convirtiéndolo en cenizas y liberándose de él como final de un camino de recuperación de su divinidad.
¿Cómo sobr evivieron a esa muerte iniciática, resucitando en cuerpo luminoso? Quetzalcóatl dijo al volver: ‘Mi madre divina, la del manto de estrellas, me infundió un nuevo aliento, un aliento inmortal’.
Juan de San G rial recuerda que ‘En los iconos la reina celestial suele ataviarse con una ca pa azul oscura salpicada de estrellas , como regente del mundo estelar’ (ejemplos son la Virgen de Guadalupe y el cuerpo de la diosa egipcia Nut). Ella le reveló sobre Cristo lo mismo que dijo Quetzalcóatl:‘El Hijo divino revivió en mis brazos’, y puede volver a hacerlo dentro de nosotros: ‘Que resuc ite el Señor en mí por tu gracia’. En México, el nagual indio don Juan dijo que la verdadera Madre Divina es Poder, y la naguala María Elena reveló desde una dimensión superior: ‘Ella me llevó ami actual libertad espiritual’.
dto.