El libro de las figuras jeroglíficas
El libro de las figuras jeroglíficas
- EAN: 9788491119210
- ISBN: 9788491119210
- Editorial: Ediciones Obelisco, S.L.
- Año de la edición: 2022
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 140 X 215 mm.
- Páginas: 122
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Descripción
El libro de las figuras jeroglíficas de Nicolás Flamel es sin duda el más famoso de los textos de alquimia occidentales; escrito "para aportar nuevas luces sobre el Elixir de Larga Vida", este libro toma su origen en otro enigmático libro: El libro de Abraham el Judío cuya existencia se discute aún hoy en día, y sirvió de inspiración a otro libro no menos enigmático: El misterio de las catedrales de Fulcanelli. El libro de las figuras jeroglíficas es el primer documento escrito sobre el sentido iniciático y alquímico del Camino de Santiago.
Otros libros de Alquímia
Manual de la piedra filosofal: y otros textos alquímicos
En Paracelso, se reflejan, como en un gran espejo, las inquietudes, fervores y limitaciones de una época abierta al futuro, y deseosa de alcanzar nuevas formas de conocimiento riguroso, pero que a la vez, arrastra un viejo legado que recoge mil especulaciones y concibe el universo como un ser vivo que se concentra y adquiere conciencia en el ser humano. Magia y ciencia se dan la mano. El alquimista, aliado de la Naturaleza, persigue un proceso de purificación que culmina en la piedra filosofal, imagen viva de la perfección solar. El manual de la piedra filosofal, El cielo de los filósofos y El tesoro de los alquimistas, que se incorporan a la colección Aurum, ofrecen "modos claros y sencillos" de alcanzar el sueño de los artífices herméticos, la medicina universal, el elixir de la sabiduría... Con todo, no puede perderse de vista que el talante moral del operario tiene tanta importancia como la misteriosa sustancia y el calor de los hornos.
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Tratado de la naturaleza del huevo de los filósofos
Bernardo el Trevisano dedicó toda su vida a la búsqueda de los secretos de la alquimia, se basó principalmente para sus investigaciones en las obras de Geber y Al-Razi. Fue considerado como un loco, perdió toda su fortuna viajando por Europa y Oriente hasta que a los setenta y seis años coronó sus esfuerzos. No se le conoce un gran número de obras porque prefirió la experimentación a la divulgación.
Este tratado se cree que fue compuesto por Bernardo Conde de Treves, y atribuido a Bernardo El Trevisano. Fue editado en dos ocasiones, en París en 1624 y en 1659, se incluyó a continuación del Libro de Basile Valentín.
En esta ocasión publicamos la versión castellana, realizada respetando la forma antigua de las palabras y expresiones. Creemos que de esta forma será más comprensible para el lector moderno.
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La Gran Obra Desvelada
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Rasgando los velos del alma
La idea que subyace en el proceso de la transmutación alquímica es básicamente la muerte de una sustancia determinada y su resurrección o renacimiento como otra sustancia distinta, más perfecta, y más noble. Cuando los alquimistas se referían a este proceso lo hacían aludiendo a sustancias metálicas, las cuales, al estar referidas a sus cualidades sóficas estaban mencionando a las cualidades del alma, cualidades que se expresan en el carácter del hombre.
El hombre puede compararse a un metal con muchas impurezas, susceptible de ser transformado en oro por efecto de la Piedra Filosofal, la cual he manifestado de forma explícita que está formada fundamentalmente de mercurio. El cuerpo físico humano, entendiendo éste no sólo como la carne y los huesos, sino también como el conjunto de instintos, deseos e impulsos que provienen de lo inconsciente, debe ser tocado por esa Piedra, para lo cual debe permitir que el mercurio lo permee completamente. Esta operación lleva al metal, en este caso al hombre, a su sustancia original, a su estado original, sin las adherencias que se le han ido acumulando durante el transcurso de la vida, y puede que incluso desde antes.
En este momento del proceso, la alquimia nos dice que el oro está cerca, sólo hacen falta semillas de oro , las cuales, añadidas a esa sustancia original, la irán convirtiendo en oro, como si de un proceso de fermentación se tratara. El hombre sale del sueño profundo al que ha estado sometido y comienza su despertar.
Ese despertar conlleva más alma, ser más consciente de ella, pues desde el punto de vista del alquimista, el opus es el sendero de la forja del alma, principal protagonista del viaje arquetípico que el opus alquímico nos propone.
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