Una de las primeras cosas que vienen a la cabeza al leer, o al tener en las manos uno de estos libro, es que quizá no sea del todo razonable su contenido, y que no es posible que los números tengan algo que ver directamente en nuestras vidas, aparte de su uso matemático o nominativo. El lector puede pensar también que todo esto pertenece a la ignorancia y superstición que hemos heredado de épocas pasadas, y que solo tiene cabida en las mentes débiles.

Por regla general, el hombre del mundo "desarrollado", se precia de culto y científico, pero no son pocos los hombres "desarrollados" que evitan sentarse en una mesa donde ya hay doce personas. Asimismo hay grandes edificios que carecen del piso o de la planta numero 13. Como estos ejemplos podríamos citar muchos más, que correspondan a esa naturaleza mágica que todo ser humano, cultivado o ignorante, lleva dentro.

En el Oriente antiguo, existieron científicos y grandes matemáticos, que estudiaron y probaron que los números tienen una enorme influencia sobre las Leyes Naturales que gobiernan al ser humano y a su entorno.

Actualmente no existe Ciencia alguna, Oculta u Ortodoxa que no tenga una íntima relación con los números, a través de su máxima expresión, las matemáticas. Resulta obvia por lo tanto la relación hombre-número.

La Ciencia de los Números es un tratado que refleja con toda amplitud la inquietud que existe de siempre, por el estudio de este mundo maravilloso que son los números.

Nos viene avalado por una gran cantidad de apelaciones de eminentes estudiosos. Así Pitágoras nos dice: todo subsiste a través del número, y éste determina las virtudes propias y simples de los diferentes seres. Proclo afirma que el número existe en todo, diferente sin embargo, en la voz, en la proporción sensible, en el alma y en la razón, además de en las cosas divinas. En el Apocalipsis San Juan nos dijo: Que aquél que sea inteligente cuente el número del nombre de la bestia, porque es un número de hombre.

Creemos que un tratado como el que nos ocupa era necesario.