Siguiendo las pautas de los Manuscritos de la Orden Hermética de la Golden Dawn, Crowley escribió un ámplio ensayo sobre el Tarot, siendo durante mucho tiempo su compañero, guía y objeto cotidiano de investigación. En él, tanto como a un estudio sistemático y una descripción exhaustiva de las cartas, asistimos a una exposición plagada de sugerencias de la filosofía mágica del autor, sin olvidar sistemas de adivinación.

La técnica del Tarot se pierde en la noche de los tiempos, y a lo largo de los siglos, los hombres se han servido de esta práctica para llegar al conocimiento y descubrimiento de uno mismo. Porque el Tarot no es sólo una técnica adivinatoria. El simbolismo que muestran sus láminas lo hace portador de una riqueza psicológica en la que subyacen los grandes arquetipos de la humanidad. Trabajar con el Tarot es activar la energía oculta de estos símbolos y adentrarse en el autoconocimiento, haciendo aflorar el potencial interno. Extrayendo sus enseñanzas y aplicándolas a cuestiones concretas podremos hacer uso de la sabiduría que encierra.
El Tarot ha tomado referencias importantes de otras prácticas esotéricas más antiguas como son la Numerología, la Cábala y la Astrología, y es por ello que también éstas se desarrollan en esta obra y se relacionan con el Tarot.