La ciencia de los "animales del cielo" es smuy antigua y su estudio es absorbente. En el espacio que rodea a la Tierra -que conocemos como zodíaco- existe la forma de cada animal. Esa forma toma cuerpo periódicamente cuando llega la estación correspondiente.
La gran fórmula del año oculta dentro de sus conmutaciones geocéntricas todos los misterios de la Creación en la Tierra.

El ascendente es la puerta kármica que nos permite comprender la realidad, es la puerta de acceso para percibir nuestra existencia de forma más positiva. Es nuestro centro de conciencia que magnetiza y guía el resto de la carta astral hasta aquellas experiencias a través de las cuales el ser interno y el entorno pueden comunicarse.
En esta obra M. Schulman analiza este punto de carta astral, recorriendo signo a signo todo el zodíaco para mostrarnos las características que confiere cada ascendente a la personalidad del nativo; cómo se perfila la identidad del que vive positivamente su karma y cuáles son los conflictos que pueden surgir cuando el ser interior se identifica excesivamente con el karma impersonal.