Dos grandes referentes de la literatura de autoayuda, el Dr. Wayne W. Dyer y Esther Hicks, ponen de relieve los fundamentos de la Ley de la Atracción, en este libro revelador, estimulante y lleno de magia.

Este libro nace del encuentro entre dos de los más inspiradores maestros espirituales de nuestro tiempo: el doctor Wayne W. Dyer y Esther Hicks, portavoz de Abraham, conciencia espiritual superior de la cual emana la Ley de la Atracción.

Hicks defiende que las actitudes positivas o negativas influyen directamente sobre nuestras vidas. Por su parte, el doctor Dyer, que ha estudiado las enseñanzas de Abraham durante décadas, halla en este encuentro la oportunidad de discutir cuestiones fundamentales como la paternidad, la vida, el amor o el destino bajo el prisma de la Ley de la Atracción. Así, para Dyer es necesario acercarse a este libro con una mente abierta y positiva, pues, como él mismo advierte, «la Ley de la Atracción está funcionando ahora mismo, incluso mientras lees estas palabras, y, como Abraham me dijo,"el Universo no oye lo que dices, el Universo oye lo que sientes"».

Si, como yo, siempre has sospechado que la magia existe, este libro es tu confirmación de ello.

Existe y se llama ley de la atracción.

Hace unos años me encontraba en un mal momento de mi vida: estaba en una relación tóxica, odiaba mi trabajo y en general no me valoraba mucho. Pero cuando la descubrí y empecé a ponerla en práctica, mi vida dio un giro de 180 grados. Pasé de estar perdida y sentirme víctima de mis circunstancias a darme cuenta de que podía crear cualquier realidad que quisiera.

Acompáñame en esta aventura y aprende a aplicarla en todas las áreas de tu vida: amor,amistad, trabajo y dinero.

Iván Vindas acostumbraba a orar por las finanzas de las personas en su congregación, hasta que entendió que Dios le instruyó a enseñar a su gente sobre el manejo de las finanzas, además de orar. Pudo ver cómo sus feligreses se superaron económicamente y decidió ofrecer las lecciones al público en general. Su libro, Sueños Financieros, no solo presenta la importancia de unas finanzas estables para todo aquello que las personas sueñan, sino es una guía para utilizar los recursos que recibimos y tenemos de la manera más sabia, para lograr unas finanzas saludables. Este libro es una llamada a la consciencia financiera en un lenguaje fácil de entender, inspirado en enseñanzas bíblicas, con el propósito de provocar cambios en las finanzas personales de quien lo lea.

El corazón espiritual del hombre es el Corazón del universo y, cuando encuentra éste, el hombre halla la fuerza para conseguirlo todo. Encuentra allí también la sabiduría para ver las cosas como son. Encuentra la paz divina. En el centro del ser del hombre está la música que ordena las estrellas: la Armonía Eterna. Quien encuentra la dicha, se encuentra a sí mismo. Abandona todo deseo discordante, todo pensamiento inarmónico, todo hábito y acto carentes de amor, y así descubre la gracia, la belleza y la armonía que constituyen la esencia indestructible de su propio ser. Los hombres vuelan de credo en credo, y se encuentran con el desasosiego. Viajan por muchas tierras, y descubren el desengaño. Se construyen bellas mansiones, plantan agradables jardines, y cosechan aburrimiento e incomodidad. El hombre no encuentra descanso ni satisfacción hasta que se recuesta en la Verdad que lleva en su interior. Mientras no construye la mansión interior de la conducta intachable no halla la dicha incorruptible y sin fin. Una vez alcanzada, la infunde a toda su actividad y a todas sus pertenencias exteriores. Quien desee tener paz deberá ejercitar el espíritu de la Paz. Quien quiera encontrar amor que se cobije en el espíritu del Amor. Quien quiera escapar del sufrimiento que deje de infligirlo. Quien quiera hacer cosas nobles para la humanidad que cese de hacerse cosas crueles a sí mismo. Basta con que excave en la mina de su propia alma para encontrar todo lo necesario para construir cualquier cosa que desee, y allí hallará también la Piedra básica sobre la que podrá construir con total seguridad.