En este libro, Laura Prieto nos abre su alma al proceso de duelo y dolor por la pérdida de su hija Nora, de cinco años, a manos de la enfermedad. Este es un libro escrito desde las entrañas y con las entrañas, un libro donde se combinan el dolor desgarrador con la sinceridad plena, y un camino callado de persistencia, resiliencia y esperanza por las señales llegadas desde “el otro lado”. La vivencia pausada del duelo por la pérdida de la niña va dejando lugar a nuevos horizontes, a un revivir que señala hacia un futuro más luminoso.

En ocasiones, la intensidad de este escrito lleva a contener la respiración. La autora nos revela sus sentimientos con tanta fuerza que es difícil evitar una sensación de intimidad, de profunda resonancia interna e incluso admiración ante la intensidad y hondura de su experiencia humana. Quizá, sin proponérselo, nos convoca a un denominador común: el deseo de vivir y el imperativo de afrontar el roce con la muerte de los seres queridos, en el que todos podemos sentirnos hermanados.

Tom Shroder, editor jefe del Washington Post, investigaba para un reportaje cuando conoció al doctor Stevenson, un prestigioso cirujano cardiovascular que había dedicado cuarenta años a documentar más de dos mil casos de personas que recordaban sus vidas pasadas. Con el fin de conocer de primera mano tanto a los testigos como el método de trabajo de este singular investigador, Shroder decidió acompañar a Stevenson en sus viajes por Líbano, India y Estados Unidos. A pesar de su escepticismo, Shroder descubrió una realidad que cuestionaba sus principios materialistas, llevándolo a preguntarse sobre la naturaleza de la identidad y la posibilidad de que la conciencia pueda viajar entre cuerpos, una idea respaldada por la física cuántica.

La muerte no existe

¿A quién no le gustaría saber qué se siente al morir?.En este libro Alex Raco, que lleva muchos años investigando el tema de la muerte, nos cuenta de forma sencilla y amena muchos testimonios reales de personas que han muerto clínicamente tras accidentes, anestesia o infartos y que posteriormente han sido reanimadas. Experiencias muy profundas y diferentes a las de las regresiones, los sueños lúcidos o los viajes astrales, como explica el autor basándose en algunos estudios científicos.Estos emocionantes relatos son muy variados, pero tienen un punto en común: la muerte no es el final sino solo un cambio de estado, y la conciencia sigue existiendo incluso después de ella. ¿Qué se siente al morir? nos muestra a quién podemos encontrar y qué realidad nos espera durante nuestro último viaje y nos ayuda a comprender que no hay final sino transformación.