La naturaleza del cuerpo etérico
La naturaleza del cuerpo etérico
- EAN: 9788412776546
- ISBN: 9788412776546
- Editorial: Editorial Nous
- Año de la edición: 2024
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 150 X 210 mm.
- Páginas: 784
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Descripción
En esta recopilación, hemos intentado facilitar a los estudiantes de la Sabiduría Antigua, una visión más amplia y completa sobre la información dada por El Tibetano en sus libros. El Tibetano es el pseudónimo de un maestro espiritual (Djwhal Khul) que transmitió sus enseñanzas a traves de Alice A. Bailey, fundadora de la Escuela Arcana. Entre sus obras, se encuentran algunos textos dedicados al estudio del cuerpo eterico y sus implicaciones para la salud, la psicología y la evolución humana.
Otros libros de Escuela Arcana
El discipulado de la nueva era I
Estos dos volúmenes contienen el texto de una serie de instrucciones individuales y colectivas dadas a un pequeño grupo de aspirantes durante quince años por un Maestro de Sabiduría. Se hallan enseñanzas detalladas sobre la Meditación, la Iniciación y los Seis Estados del Discipulado. El acento está puesto sobre la nueva era, sobre la necesidad de abrir la vía al trabajo grupal y sobre el cambio que se produce en el método de entrenamiento para la iniciación, siendo este entrenamiento, en adelante dispensado ya no individualmente sino en grupos de discípulos.
¿Cuántos supuestos discípulos están convencidos de su mérito para recibir entrenamiento directo de un Maestro de Sabiduría? ¡Y cuán pocos pueden absorber las intensas presiones de la experiencia y beneficiarse de la oportunidad! En estos dos volúmenes de "El Discipulado en la Nueva Era" está incluida la serie de instrucciones personales dada a un pequeño grupo de chelas durante un período de 15 años, con instrucciones relacionadas con cierto número de temas.
Cuando finalmente el esfuerzo grupal se interrumpió, el Maestro Tibetano advirtió que aunque su propósito de fundar el grupo para el entrenamiento Ashramico había demostrado ser fallido, las instrucciones y las enseñanzas dadas como resultado de la formación del grupo demostrarían ser de gran valor para el creciente número de aspirantes al discipulado; y ciertos conceptos importantes se anclaron en la conciencia humana a través del canal grupal, incluyendo especialmente el hecho vital de la reaparición de Cristo. Cuando la interacción entre la Jerarquía y la humanidad se fortalece, muchos jóvenes discípulos que se acercan a la periferia de un Ashrama se están beneficiando de la experiencia de este grupo reunido por el Tibetano para el entrenamiento, y del caudal de cuidadosa enseñanza y estimulación espiritual puesta a su disposición.
Los requisitos que enfrenta un discípulo en la nueva era son drásticos y serios; requiere como primer pre-requisito, la necesidad de la descentralización personal, la renuncia a las preferencias individuales y al énfasis de todo tipo, y la absorción en un grupo para propósitos de servicio. "El tema entero de la interacción grupal es mucho más profundo y más significativo de lo que ustedes sospechan o aprecian", se ha dicho.
El desarrollo de la conciencia grupal implica el olvido de sí mismo, cuestión que a menudo resulta en una experiencia penosa; requiere también una respuesta sensible al propósito y al plan de los Maestros a través de algunas áreas de trabajo inspiradas Jerárquicamente.
Los espejismos y las ilusiones patentes y sutiles que engañan al discípulo y limitan su conciencia, deben identificarse claramente, verse, conocerse y trascenderse. El discípulo debe reconocerse a sí mismo tal como es, y avanzar hacia el próximo objetivo espiritual.
En la primera parte del Volumen I de "El Discipulado en la Nueva Era" se muestra claramente la interrelación entre algunos de los requisitos del Plan Jerárquico y el lugar de los grupos de servicio del discipulado. Las "Seis Etapas del Discipulado" en la parte final del libro, muestran la secuencia de desarrollo en conciencia hacia el centro de un Ashrama tan claramente, que sólo los que se auto-engañan pueden fracasar al identificar su propio lugar y la oportunidad resultante.
En estas dos partes del libro, se da entrenamiento, sugerencias e instrucciones personales a cada uno de los 41 discípulos y aspirantes al discipulado. En estos comentarios directos y claros, cualquier aspirante sincero al discipulado puede hallarse él mismoy su propia necesidad y encontrar, a veces en términos drásticos, desde las profundidades de la comprensión espiritual, el conocimiento y el amor de un Maestro de Sabiduría. Así se perpetúa el esfuerzo de este grupo pionero de entrenamiento para aquellos que hoy huellan el Sendero del Discipulado.
dto.
El discipulado de la nueva era II
Estos dos volúmenes contienen el texto de una serie de instrucciones individuales y colectivas dadas a un pequeño grupo de aspirantes durante quince años por un Maestro de Sabiduría. Se hallan enseñanzas detalladas sobre la Meditación, la Iniciación y los Seis Estados del Discipulado. El acento está puesto sobre la nueva era, sobre la necesidad de abrir la vía al trabajo grupal y sobre el cambio que se produce en el método de entrenamiento para la iniciación, siendo este entrenamiento, en adelante dispensado ya no individualmente sino en grupos de discípulos.
Mientras la intención original en las instrucciones de trabajo de grupo contenidas en el Volumen I, era la eventual exteriorización, a través de grupos de nueve discípulos integrados, del trabajo de nueve grupos organizados subjetivamente (de aquí el nombre "Grupos de Nueve" dado a este trabajo), este segundo volumen contiene la enseñanza dada entre los años 1940 y 1949, después que el grupo fue reducido y reorganizado en un único grupo, "el nuevo grupo simiente".
Uno de los principales objetivos del nuevo grupo simiente era "anclar" algunos de los principios y pensamientos simiente para la nueva civilización de la era de Acuario, y también crear un grupo integrado de trabajadores Jerárquicos preparados, capaz de proporcionar la necesaria cooperación a las actividades iniciadas por la Jerarquía para fertilizar y preparar la conciencia humana para la tremenda estimulación del futuro inmediato. En este libro, por consiguiente, las instrucciones personales cubren un período más corto de tiempo y sólo 22 individuos. Gran parte de la enseñanza continúa poniendo énfasis a las necesidades y problemas de trabajo de grupo, fusión de grupo, conciencia de grupo y a la relación de los miembros de un grupo entre si y con el Maestro a quien tratan de servir. "Permitan que su horizonte sea amplio y su humildad grande", se dice al grupo, para que "un sentido ajustado de la proporción" --definición esotérica de humildad-- pueda regular el crecimiento en todas las relaciones, de acuerdo con las necesidades evolutivas del Plan Jerárquico.
Se acentúan dos aspectos sumamente importantes de la vida del discipulado, desde el punto de vista de las técnicas prácticas de entrenamiento: la meditación y la iniciación. La meditación no sólo se muestra como un camino de acercamiento individual al alma, y grupal al Maestro, sino como técnica creativa del Señor del Mundo por la que todo se trae a la existencia. Todos los centros de conciencia en el planeta, grandes y pequeños, pueden emplear las mismas técnicas meditativas para crear las formas nuevas y necesarias, de acuerdo con el cambio de énfasis del flujo de energía y el propósito divino. Así, la meditación se convierte en un acto de colaboración consciente con "los propósitos estrictamente redentores" de nuestra vida planetaria.
También se dan las enseñanzas para la iniciación en una presentación esencialmente práctica como "realidades de la vida", para ser entendidas y aplicadas. La idea ilusoria de la iniciación como premio a un estilo de vida correcto y autodisciplinado, se disipa a la luz de la realidad. La iniciación para el discípulo nada tiene que ver con las "iniciaciones" internas en organizaciones, características de muchas ordenes y grupos ocultos, privadas de significado excepto en el contexto de la propia organización.
La iniciación para el discípulo es el resultado de una expansión consciente hacia "un todo cada vez mayor" --una expansión progresiva dentro de la corriente efectiva de conciencia de nuestra Vida planetaria. Estas expansiones de conciencia van acompañadas por una sucesión de revelaciones; y en este volumen de "El Discipulado en la Nueva Era", se abordan cinco puntos de revelación, con las insinuaciones y las fórmulas simbólicas que llevan a una correcta interpretación de ellos.
Un discípulo es "uno que sabe"; ha aprendido a través de la experiencia personal que las leyes y principios espirituales aplicadas al servicio, crean una condición de equilibrio en la que se restablece la relación entre el Camino de Dios y los caminos de los hombres. A través de ese punto de fusión, la luz puede irradiar en beneficio de aquellos que se mueven en la oscuridad. La verdadera revelación es una experiencia compartida.
dto.
Del intelecto a la intuición
En esta era de rápido crecimiento de la inteligencia y capacidad humanas para utilizar la mente, corremos el riesgo de sobre-enfatizar el intelectualismo. “La mente es el matador de lo real” es una reflexión bien conocida de un peligro inherente.
En este libro “Del Intelecto a la Intuición”, el desarrollo del intelecto, aunque necesario, es mostrado como un medio para un final y un paso en el camino hacia un cuerpo mental activo y plenamente despierto.
Entre el intelecto y la intuición existe un vacío hasta que conscientemente se haya construido un puente mediante la meditación. La meditación es a veces definida como “pensar en el corazón”; la meditación correcta se produce solamente cuando el corazón y la mente actúan juntas, al unísono. Por lo tanto, para tocar la intuición, esta mezcla de mente y corazón, es una necesidad. El uso correcto de la mente en la meditación, abre la conciencia a la belleza, la verdad y la bondad del alma, a través de cinco etapas : concentración-meditación-contemplación-iluminación-inspiración. Estas cinco etapas conducen a la unión con el alma –el “hijo de la mente” – y al conocimiento directo de la divinidad, creando un instrumento de inteligencia para que el alma lo utilice en la vida cotidiana.
dto.
La reaparición de Cristo
En la hora actual numerosas religiones esperan la venida de un Avatar o Salvador. Esta nueva venida de Cristo como Instructor mundial para la era de Acuario es presentada en esta obra como un acontecimiento inminente, inscribiéndose de manera lógica y práctica en la continuidad de la revelación divina a lo largo de las edades. Cristo pertenece a la humanidad entera. Es preciso reconocerlo y comprenderlo como "la misma gran entidad en todas las religiones del mundo".
"Para la salvación de los justos y la destrucción de aquellos que hacen el mal, para el firme establecimiento de la Ley, Yo vuelvo a nacer edad tras edad." Así dice el conocido pasaje del Bhagavad Gita (traducción de Prabhavananda e Isherwood), expresando la eterna esperanza del corazón humano. En este libro, la reaparición de Cristo se reconoce como inevitable dentro de la continuidad de la revelación divina. No sólo la Deidad jamás se ha quedado sin testigo, sino que en períodos definidos en la historia de la evolución humana, la "palabra de Dios", la potencia proyectada de Su existencia vital, se ha manifestado en la forma con el propósito de establecer los principios a ser demostrados durante el próximo ciclo.
En todas las épocas, ha habido tales mensajeros, manifestándose a través de una u otra de las grandes religiones mundiales o siguiendo una nueva forma de religión basada en la nueva revelación. Sin embargo, la revelación Divina y la aparición periódica de mensajeros, o Avatares, ocurre según la ley cósmica, cuando existen ciertas condiciones en el esquema entero afectado, y afectando cada parte, grande y pequeña. Entonces una cadena de acontecimientos, que deben actuar bajo la ley en el futuro, se pone en marcha.
La parte que nuestro pequeño planeta Tierra juega en este intrincado y fluido sistema de interrelaciones parece ser de vital importancia en este momento. En este libro, se sugiere la trascendencia esotérica y planetaria de la reaparición de Cristo como causa subyacente para Su servicio Acuariano a la humanidad. Éste es el principio y el fin de una era -- el principio de Acuario y el fin de Piscis – indicando también un punto crucial trascendental en la evolución de la conciencia humana, de la necesidad individual a las necesidades de la humanidad entera, de la salvación personal al servicio mundial, y del materialismo a la espiritualidad. Parece que esta transición culminante debe estar "marcada" en ambas fases, principio y fin, por Cristo mismo, y un principio anclado en la conciencia humana, que incluye no sólo el amor de Dios establecido durante la era de Piscis, sino también la nueva potencia del futuro, la "Voluntad" de Dios, en la que sólo Cristo fue absorbido completa y perfectamente.
La inminencia de la reaparición del Cristo es percibida y esperada por muchos, perteneciendo como representante a toda la humanidad sin tener en consideración el credo y la doctrina religiosa. "Él a quien todos los hombres esperan" determinará la forma y el momento de Su aparición y el campo de su trabajo, de modo que no cree divisiones o separaciones, religiosas, sociales o ideológicas entre los hombres. Él viene no sólo como el Primogénito de Dios, sino como Cabeza de la Jerarquía espiritual, el gobierno interno del planeta. Por consiguiente, Él es un dirigente mundial, representando el Reino de Dios, y cumpliendo una función definida en el mundo de los hombres. Él viene para establecer a través del precepto y el ejemplo en el servicio mundial, los principios en los que un mundo unido, interdependiente e interactivo puede crear sus nuevos sistemas materiales e instituciones espirituales para la nueva civilización. La preparación para la segunda venida es responsabilidad de la humanidad; a aquéllos que saben y aceptan el retorno inminente de Cristo, les corresponde preparar las mentes y los corazones de los hombres para reconocerLo y recibirLo, y para crear esas condiciones de equilibrio y alineamiento espiritual que finalmente Le atraerán entre nosotros. No importa qué mensaje o revelación pueda personificar Cristo cuando venga, no importa qué principio o energía pueda fijar en la Tierra para uso humano, Él no viene para salvar a la humanidad de los resultados de sus propios pecados, sino una vez más para mostrar a la humanidad cómo salvarse en las nuevas condiciones y las nuevas oportunidades con las que el mundo se enfrenta.
dto.