La respiración rítmica y la concentración mental
La respiración rítmica y la concentración mental
- EAN: 9788495720092
- ISBN: 9788495720092
- Editorial: Fosfenismo,Ediciones (Instituto Fosfenologia)
- Año de la edición: 1753
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 150 X 210 mm.
- Páginas: 201
(0 Comentarios)
Comenta y valora este libro
En stock. Envío inmediato.
Descripción
Podemos considerar al ser psíquico como un organismo autónomo, homólogo de su propio organismo físico: a ciertos órganos del cuerpo les corresponden ciertas características del otro, a ciertas funciones de uno, una actividad del otro. Éste es uno de los grandes descubrimientos del Dr. Lefebure.
Otro principio seguido por el autor es el del trabajo sincrónico de una facultad psicológica y de su homólogo físico. ¿Cuál es el homólogo en el organismo de la facultad que llamamos voluntad? La voluntad nos hace actuar. Físicamente, actuamos sobre todo mediante los miembros; en este sentido, podemos decir que los miembros son los homólogos en el cuerpo físico de lo que es la voluntad en el psiquismo. Si queremos desarrollar o formar la voluntad, debemos esforzamos en la realización de los ejercicios de los miembros combinados con la volición.
La respiración rítmica ocupa un lugar preponderante en los procesos de autorregulación. La respiración, una función característica de la vida, que nos une sin interrupción al medio en el que vivimos, es al mismo tiempo la única función de nuestra vida vegetativa sobre la cual nuestra voluntad puede actuar en gran medida. La función respiratoria establece la unión entre nuestra vida de relación y nuestra vida vegetativa, por lo tanto, desempeña un papel esencial en el control del cuerpo.
Los ejercicios mentales combinados con la respiración rítmica permiten a ésta alcanzar su mayor fuerza en la educación del carácter y la inteligencia.
Otros libros de Fosfenismo
Fosfenismo, la clave científica de las manifestaciones
Los fosfenos son las manchas de colores cambiantes que se perciben tras mirar fijamente durante un corto periodo de tiempo una fuente luminosa. De esta forma despertamos una energía que permite el desarrollo de la memoria y el acceso a numerosos fenómenos psíquicos. La tercera fase del fosfeno, el «resplandor difuso» es una energía que emana del cerebro. Se puede fotografiar y permite percibir los objetos físicos en plena oscuridad. Está presente en el origen de fenómenos de videncia, sueños premonitorios, visiones y apariciones, así como en todas las manifestaciones sobrenaturales, como las que tuvieron lugar durante los Prodigios Solares de Lourdes, Fátima y Kerezinen, que siempre cuentan con la presencia de niños. Los fosfenos se transmiten fácilmente por telepatía .. Cuando un grupo o una multitud hace fosfenos, éstos se aceleran y provocan la «Danza del sol», de ahí el oscurecimiento aparente del sol, los balanceos, temblores, rotaciones y sensación de caída, que no son más que los ritmos del cofosfeno solar amplificados por la importancia del grupo. Se obtienen los mismos fenómenos utilizando una lámpara. Además, esta energía emitida por el cerebro se acumula en el lugar donde se utilizan regularmente los fosfenos, así como en el «aura» de las personas que los practican. Estas sales fosfénicas, es decir, la energía producida por la mezcla de un pensamiento con el fosfeno, constituyen lo que antiguamente se llamaba los «egregores», que son la base de todos los lugares santos y de todos los lugares sagrados, pues permiten acceder a los planos sutiles, a los mundos invisibles. Estos fenómenos no son tan raros como podría pensarse, pero existe un cierto «tabú» y de ley del silencio impuestos para evitar que los «secretos iniciáticos» se divulguen. ¿A quién pueden beneficiar estos fenómenos y estos acontecimientos? Las investigaciones del Dr. Lefebure muestran elementos que nadie había analizado antes. El lector se sorprenderá al descubrir que él también puede producir estos «milagros», así como otros muchos fenómenos de los que habitualmente se habla poco.
dto.
Desdoblamiento astral
El desdoblamiento no es un fenómeno raro. Se ha practicado en todas las épocas.
Por ejemplo, en la Edad Media, los «brujos» obtenían el desdoblamiento mediante paralizantes bulbares que provocaban un estado de muerte aparente, lo que les permitía penetrar en los «mundos invisibles». Los cátaros y los templarios utilizaban otras técnicas para conseguir el mismo objetivo.
La Iglesia católica desacreditó estas prácticas con el pretexto de la herejía. La Inquisición se encargó de hacer desaparecer a los molestos defensores de estas prácticas.
Sin este encarnizamiento en querer destruir su conocimiento, los fenómenos de desdoblamiento formarían parte de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, los niños conocen bien estos fenómenos. Algunos los viven con frecuencia. Pero la mayor parte del tiempo no los escuchamos y los regañamos. No obstante tienen algo que enseñamos, porque sin saberlo conocen perfectamente los medios de producir estos estados maravillosos.
La Escuela del doctor LEFEBURE le ofrece lo que jamás ha sido revelado sobre el desdoblamiento, una facultad natural accesible a todos, común a todos los seres humanos.
dto.
Una constante en la historia, la luz
Todas las civilizaciones han hecho un amplio uso de las prácticas de observación fija de fuentes luminosas y, por tanto, de los fosfenos. Estuvo en el origen del poder de numerosos imperios, pero si bien se conocía la importancia de los cultos solares, lunares y de los cultos del fuego, en las civilizaciones antiguas se ignoraba que la esencia de estos "cultos" estaba en la observación fija de la luz. Esto jamás se había evidenciado antes de los trabajos del Doctor LEFEBURE.
Algunos ocultaron estos conocimientos hasta que se perdieron, y todavía en nuestros días, los residuos de estos imperios se perpetúan sobre este impulso milenario que ha dado origen a las religiones y a las tradiciones iniciáticas. En definitiva; si tenemos en cuenta lo que nos enseñan los fosfenos sobre el funcionamiento cerebral, tenemos muchas probabilidades de descubrir nuevas facetas de la historia de la humanidad.
Estas prácticas milenarias no derivan de simples creencias. Los descubrimientos del Doctor LEFEBURE sobre los fosfenos, han puesto de manifiesto, desde 1959, que la luz tiene una influencia extraordinariamente estructurante sobre todas las capacidades cerebrales, y sobre las capacidades intelectuales especialmente.
Esto explicaría que en determinadas épocas, estas prácticas se consideraran como secretas, y fueran aplicadas por las elites dirigentes que intentaban con este "secreto" conservar su poder.
dto.
El nombre natural de Dios Om y los mantras
La interjección "OM" forma parte de todas las liturgias hindúes. La física moderna pone de manifiesto que expresa mejor la ley de polaridad universal pues la "O" se traduce por un círculo en el osciloscopio catódico (pantalla de televisión que analiza los sonidos), y la "M" por un cuadrado. Volvemos a encontrar esta polaridad morfológica, círculo y recta, en todas las polaridades de la naturaleza, principalmente entre el espermatozoide y el óvulo. La ola, cuando estalla, da una modalidad del "OM" (la "O" corta). Otras modalidades vienen dadas por el ruido del viento en las hojas o el sonido de la campana. Morfológicamente, cada vértebra expresa el sonido "OM" por la polaridad entre el cuerpo y las láminas, el conjunto de la columna vertebral por la oposición entre la bola en que termina el coxis y la vértebra superior el atlas, que está formado únicamente por láminas; incluso, en el centro del cráneo, el cubo del seno esfenoidal. De estas múltiples analogías, resultan diferentes maneras de repetir el sonido "OM". El acúfeno fisiológico (zumbido que escuchamos cuando nos tapamos las orejas) es otro aspecto del sonido "OM". Concentrándonos en un detalle del acúfeno, conseguimos a menudo en poco tiempo escuchar músicas celestiales. Manteniendo un pensamiento preciso durante esta escucha, practicamos la "mezcla acufénica" cuyos beneficios son paralelos a los de la mezcla fosfénica (mejoría de la atención, la memoria, y del espíritu de iniciativa). El método es fácilmente aplicable en el terreno escolar. Un mantra es un sonido cuya repetición mental actúa por su ritmo y sus resonancias analógicas. Una tabla racional de las letras, establecida en función de la forma de los órganos vocales durante su pronunciación, permite a cada uno de nosotros construir lógicamente los mantras mejor adaptados a la meta perseguida. Esta tabla pone de manifiesto que el sonido sagrado principal de todas las religiones es más o menos el mismo y expresa la ley de polaridad universal. Los chacras, o centros psíquicos del cuerpo etérico, aparecen como los nudos de vibraciones engendrados por la repetición de los mantras en el cañón de órgano que es el tubo hueco central de este cuerpo sutil (nadi Sushumma del yoga). La repetición mental del "OM" armoniza el conjunto del psiquismo y constituye un poderoso estimulante de todas las funciones cerebrales.
dto.