Poco conocido por parte del público general, aún a pesar de su enorme importancia dentro de la historia del pensamiento cabalístico, el Séfer ha-temuná, el Libro de la figura, es uno de los textos más apasionantes de la mística judía.

La tradición sitúa su origen entre los siglos I y II, y habitualmente se ha atribuido a los rabinos talmúdicos Isamel y Nehuniá ben Hakaná; sin embargo, investigadores más recientes como Gershom Scholem lo sitúan en el siglo XIII. Lo más probable que este manuscrito fuese concebido y distribuido por primera vez en Gerona, alrededor del año 1250. El texto está escrito íntegramente escrito en hebreo, y las escasas palabras romances que aparecen en él pueden ser tanto catalanas como provenzales.

El libro, un estudio en clave cabalística del alfabeto hebreo y de su relación con el árbol sefirótico, ejerció una gran influencia en el llamado círculo cabalístico de Gerona y entre numerosos sabios sefardíes, así como en autores místicos no judíos como el cardenal Egidio de Viterbo.

Esta edición del Séfer ha-temuná ha sido realizada a partir del original hebreo por el erudito hazán Neil Manel Frau-Cortés, licenciado en Filología Hebrea, máster en Estudios Cantorales y Musicales Judíos y doctor en Literatura Hebrea Medieval, que ha desempeñado numerosas tareas relacionadas con manuscritos hebraicos para instituciones como el Reconstructionist Rabbinical College o la Universidad de Maryland.

El profesor Frau-Cortés es también autor de la traducción del Alfabeto de Rabí Akiva, publicado en esta misma colección.

El poder de la kabbalah

Los 72 Nombres son un instrumento espiritual para sanar, purificar e iluminar todas las áreas de la vida humana y del cosmos. El libro del Éxodo cuenta que el pueblo de Israel (el alma encarnada) es perseguido por el faraón y sus tropas (el ego, impulsos subconscientes, actitudes negativas) para mantenerlo esclavo en Egipto (miseria espiritual, materialismo). Moisés recibe la orden de Dios (la razón iluminada por la intuición) de tender la mano (actividad) sobre el Mar Rojo (obstáculo, limitación). Dios sopla (gracia divina) sobre las aguas, éstas se dividen (superación de la dificultad) y el pueblo elegido pasa por el lecho seco del río. Los egipcios continúan la persecución, pero las aguas retoman su cauce y los destruyen. Ésta es la situación del ser humano y la ayuda del poder de los nombres divinos.

El poder particular se guarda en las frases que acompañan cada nombre; así, el número 40, Yud-Yud-Zain, "Hablar lo correcto": cuando acallamos el ego nuestras palabras transmiten la Luz divina. El nombre número 28, Shin-Alef-Hei, tiene poder para encontrar tu alma gemela, ayudarte a superar un falso amor y llegar al amor verdadero.

Para aprovechar toda la energía transformadora de los 72 Nombres de Dios aplica tu confianza en su poder, conoce el poder particular de cada uno y actívalo. Esto es una fe experimental, sentir y desear que se presente el cambio. Actuar para activar el poder quiere decir meditar o trabajar con un Nombre. Con este libro aprenderás a hacerlo y reforzará tu voluntad y fe, tu determinación hallará un camino, tu mente se aclarará y serás proactivo en lo que deseas alcanzar. La energía de los 72 Nombres le da expresión a tu palabra, a tu pensamiento y tu acción para que puedas influir y transformar tu realidad.