Los grandes mitos celtas
Los grandes mitos celtas
- EAN: 9788415171164
- ISBN: 9788415171164
- Editorial: Ediciones Brontes, S.L.
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 140 X 200 mm.
- Páginas: 384
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El mito del héroe es la metáfora universal de la transformación que experimentan quienes se embarcan en la aventura de conocerse a sí mismos; cuentos maravillosos, relatos bíblicos, poemas épicos y leyendas populares contienen un mismo tesoro en común para el aspirante a héroe: revelan los secretos del itinerario místico y ofrecen un mapa del camino de evolución psicoespiritual. De la epopeya de Gilgamesh a los hermanos Grimm, de la Odisea de Homero a la Comedia de Dante, del Edipo de Sófocles al Fausto de Goethe, sin olvidar el prodi¬gioso nacimiento espiritual de Tótila Albert, Cantos del despertar recorre la épica de Occidente y sus múltiples relatos sobre el viaje del alma en una fascinante exégesis ilustrada sobre los misterios interiores.
«Hablar de Claudio es hablar de una persona que vive en un mundo racional y que al mismo tiempo rompe el mundo racional y entra en el mundo mítico (...) Para mí, este libro de Claudio Naranjo es el comentario más profundo que he leído sobre el viaje hacia los misterios interiores». ALEJANDRO JODOROWSKY
dto.
Mitología del País Vasco y Navarra
Unas tierras tan ricas en elementos naturales como las vascas y navarras, pobladas de hermosos bosques, montes y ríos, unidas a una cultura muy arraigada en el medio rural, han sido el caldo de cultivo ideal para que surja una gran cantidad de míticos personajes, con cuyas historias se ha ido enriqueciendo la cultura de esas tierras.
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dto.
Dioniso : Eros creador y mística pagana
“Hay imágenes –dice Mujica en el prólogo a este ensayo-, algunas pocas, que el tiempo no borra, más bien las pule, les da brillo, las bruñe espejo; son esas de los mitos, las religiones, la tradición, el arte… Íconos en los que todavía podemos mirarnos, reconocer y proyectar; son las que permanecen contemporáneas no en las respuestas que dieron a su época sino en las preguntas que formulan a la nuestra, en las respuestas que nos instan a buscar. Imágenes, tan insondables algunas, como la de Dionisio, «el dios venidero», como Hölderlin lo llamó. Dios, según Hefesto, que lo es creando lo que es, revelando la posible fecundidad de sí, las imágenes de la propia imagen que cada uno puede imaginar para y en sí mismo, las que imaginando podemos crear, las que podemos llegar a ser.
Crear es el verbo y la insistencia de la vida. Soy lo que le está aconteciendo a la vida ahora, en este ahora que ella me acontece a mí; somos su creación si la creamos y la creamos si nos dejamos por ella originar. Dioniso y dionisismo son nombres de un acontecimiento, nombres que albergan una póiesis, una ontología del devenir, o, en palabras más amables, un deseo de ser, una erótica de la creación. Un devenir, una transfiguración, no como futuro temporal sino como un acaecer presente, como un manantial, una fuente, un brotar, ya, aquí. Desde aquí.
Eso sí, creo que ni siquiera habrá un dios que nos salve si abdicamos ante la idolatría de lo dado y lo que ya se sustantivó, si nos postramos ante el culto de la objetividad con su mito del mundo como cosa hecha, y, consecuentemente, su haber despojado a la existencia de su perenne estado de epifanía. No, no habrá salvación si no nos dejamos arrobar por el asombro de ver surgir desde lo que no es lo que llega a ser, si desterramos de nuestro hacer ese crear y de nuestra mirada el asombro; si no llegamos a amar cuanto vive por la vida misma que en lo vivo se ama. No, ni un dios podrá salvarnos si no lo creamos a él”.
dto.
