Los misterios de Sagitario
Los misterios de Sagitario
- EAN: 9788412017526
- ISBN: 9788412017526
- Editorial: Asociación Cultural Dhanishtha
- Año de la edición: 1753
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 120 X 180 mm.
- Páginas: 144
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Disponible 48/72 hoas
Descripción
Para cada aspirante, el objetivo inmediato es cooperar con el corazo?n y la mente. El siguiente paso es contactar con el grupo oculto a trave?s de la disciplina que se ha descrito (en este libro). El tercer paso es obtener el contacto con el Maestro.
Los pasos posteriores para permanecer en presencia del Maestro del Mundo y experimentar la gran logia blanca son lejanos y remotos. Sin embargo, el reconocimiento mismo de su presencia realiza la magia para que permanezcamos en la luz y llevemos a cabo nuestra parte del trabajo.
Otros libros de Teosofía
La genealogía del hombre : la evolución del ser humano desde su origen hasta el actual grado de civi
Uno de los principales objetivos de la ciencia ha sido y sigue siendo el trazar lo que se llama Genealogía del Hombre, es decir, ordenar el gran número de hechos recogidos a fin de dibujar un completo árbol genealógico como representación del modo en que el hombre evolucionó desde la neblina de fuego hasta el actual grado de civilización.
Pero la gran dificultad con que tropieza esta Genealogía del Hombre, es que sólo se refiere a su naturaleza física. El cuerpo no es el hombre, sino que sólo es una vestidura, y mal conoceremos al ser humano si en su Genealogía prescindimos del Espíritu que lo inmortaliza y de la Mente que es un aspecto del Espíritu, cuya diferenciación en el mundo de la materia se manifiesta como Inteligencia.
He aquí pues la tares que nos aguarda con este libro, es decir el descubrir la verdadera Genealogía que comprenden todas las porciones de la naturaleza del hombre, y que nos ha sido revelada en la enseñanzas teosóficas de los antiguos Rishis y más tarde corroboradas y confirmadas en las Escrituras de las principales religiones del mundo.
dto.
Protectores invisibles
La existencia de Protectores Invisibles ha sido reconocida siempre en Oriente, aunque se les haya designado con diversos nombres .y atrbhuido diferentes caracteres según los países.
Aún en Europa dan prueba de esta misma creencia las continuas intervenciones de los dioses en los asuntos humanos, como relatan los historiadores griegos.
Semejantes creencias no desarraigaron al terminar la edad antigua, sino que tuvieron sus legítimas derivaciones en los tiempos medievaIes, como lo demuestran las apariciones de santos en el momento crítico de las batallas para mudar la suerte de las armas en favor de las huestes cristianas; o asimismo los ángeles de la guarda que en ocasiones salvan a los peregrinos de peligros inevitables sin el celeste auxilio.
dto.
Conferencias teológicas en América del Sur
«Don Mario Roso de Luna es un hombre vestido de azul, con una corbata nívea y en la solapa un botón radiado, de colores diversos. Roso de Luna tiene bigote negro, barba en punta y frente despejada.
La primera conferencia de este hombre, sobre esa cosa hermética y ardua que llama-mos teosofía, ha sido muy interesante. Habló Roso de Luna con acentos de convencido; pero no pretendió –por un solo instante– deslumbrar al auditorio conpárrafos de estruendo o con imágenes de gran vuelo lírico. Todo lo contrario. El afán mayor del conferenciante parecía el de acomodar sus ideas a la comprensibilidad de todo el auditorio. Y con sólo esto, yo estoy seguro de que los neó?tos salieron encan-tados de la conferencia, y los maestros, complacidos.
Desgraciadamente, es posible que Roso de Luna sea tan sólo lo que el vulgo llama, con cierta melancolía, un soñador.
Pero, sus palabras nos hicieron olvidar, por un instante, toda preocupación de momento, haciendo la vida, a la vez que dulce, grandiosamente heroica...
¿Y si Roso de Luna fuese algo más que un soñador en toda la acepción de la palabra? No olvidemos que este sabio, viajando por los espacios interplanetarios, conquista, para la ciencia positi-va, una estrella de verdad, que tiene luz y donde tal vez haya hombres, y un ansia constante de perfeccionamiento y reden-ción.»
dto.