En el budismo, los círculos concéntricos de los Mandalas reflejan la perfección del universo exterior e interior. Los Mandalas desarrollan en el niño o la niña su creatividad e inteligencia, los relajan y los estimulan para el aprendizaje

En este libro para pintar Mandalas encontraremos un nuevo camino que nos permitirá lograr un sosiego y calma internos, facilitando que emerja nuestro potencial.

A medida que pintamos Los MANDALAS podremos descubrir algo más sobre nosotros mismos.

En los colores que elegimos, por donde comenzamos a pintar Los MANDALAS en diferentes momentos de nuestra vida y dejándonos llevar por la idea de centro y sus formas encontraremos caminos a la felicidad natural que reside en nuestra alma.

El mandala es un arte milenario que permite a aquel que lo utiliza integrarse consigo mismo, con el Universo y con la Unidad de Conciencia absoluta.

Pintando los Mandalas para grandes y chicos, nos da, a través de imágenes para pintar
una herramienta pedagógica para explorar la creatividad, mejorar la atención y autocentrarnos.
 
Podemos entretenernos poniéndoles color a estas hermosas y misteriosas imágenes,
 que nos permiten encontrarnos con la armonía innata de nuestro Ser y conectarnos
 con la paz y tranquilidad que necesitamos cada día.
 
Contiene:
 
Mandalas para pintar, que nos ayudarán a mantenernos en equilibrio y armonía.

Tips con sugerencias para que esta placentera actividad de pintar Mandalas sea más profunda y permita desplegar toda la creatividad.

Este libro contiene 33 mandalas en color y sus correspondientes plantillas en blanco y negro para colorear. Las imágenes se acompañan de citas inspiradoras y técnicas de mindfulness para enriquecer la experiencia. Los mandalas son diseños que atraen la vista hacia el centro, y de ese modo se concentra la mente. Colorear mandalas relaja la mente, el cuerpo y el espíritu; alivia el estrés y ofrece la oportunidad de explorar la propia creatividad. «Los mandalas de Paul poseen una presencia sanadora» [Eckhart Tolle, autor de El poder del ahora] Históricamente, los mandalas son formas antiguas de arte meditativo: los círculos concéntricos y simétricos están diseñados para aliviar la sobrecarga de la mente y liberar su profunda tendencia creativa y expresiva. Al concentrarse en colorear una pieza de arte, el lector se embarca en un ejercicio práctico de mindfulness, una sencilla manera de relajar la mente, el cuerpo y el espíritu al tiempo que se desarrolla el autoconocimiento de manera subconsciente, se expande la imaginación y se fomenta una sensación de bienestar. «La vida de un hombre es un círculo desde la niñez hasta la niñez, y así es en todas las cosas en que se mueve el poder. Incluso las estaciones, con sus cambios, forman un gran círculo, y siempre regresan adonde estaban. El sol sale y se pone en un círculo. La luna hace lo mismo, y ambos son redondos.Los pájaros construyen sus nidos con forma de círculo, pues tienen la misma religión que nosotros. El viento, en su enorme poder, se arremolina. El cielo es redondo, y he oído que la Tierra es redonda como una bola, y también las estrellas. Todo lo que hace el poder del mundo se hace en círculo».

Pintar mandalas es mucho más que agregar color a figuras esféricas. Se trata de un espacio de creación y libertad, un entramado de curvas y líneas que nos proponen hacer uso de nuestra capacidad para crear. ¿Y qué mejor uso para nuestra libertad que imaginar mundos posibles, figuras, formas y tonalidades en sintonía con lo que expresa nuestro interior? Allí, en lo más profundo del alma, se esconde la sabiduría. Ser libres de pensamiento, tener libertad de conciencia, abre caminos hacia nuestro encuentro con esa voz llena de sabiduría que todos tenemos dentro. Un encuentro que nos colmará de paz y nos conducirá a tomar buenas decisiones, a encarar el presente con la mente clara y a soñar un futuro posible.