En este momento eres un esclavo. Quizás crees que eres libre, pero eres un esclavo de tus memorias y tus programas, porque ellos te dicen qué es bueno y qué es malo, qué es correcto y qué es incorrecto. El intelecto rotula todo, pero no existe lo correcto o incorrecto. La mente cree que sabe, pero no sabe nada.

Nos hemos arraigado tanto en la creencia de que el propósito del intelecto es almacenar y comprender información, que basamos nuestro sentido de la identidad en esa idea. De esta forma, nuestro intelecto intenta convertirse en algo que no es y siempre nos presiona para que seamos algo que no estamos destinados a ser.

Aprender cómo soltar puede darte más
de aquello que quieres
Nosotros mismos somos quiénes complicamos nuestra existencia. Somos los que pensamos que sabemos qué es bueno para nosotros y hacemos listas. ¿Para quién hacemos esas listas? En realidad hacemos listas para el Creador, que nos conoce mejor que nadie y sabe qué es lo que necesitamos y cuándo lo necesitamos. Somos, en verdad, muy arrogantes.

Creemos que sabemos cuándo y de qué forma deberían suceder las cosas. Luego, nos enfadamos y cerramos nuestros corazones cuando la realidad no se ajusta a nuestras expectativas, y al hacerlo, somos completamente incapaces de ver la maravilla de la vida y sentirnos agradecidos de tener la oportunidad de ser parte de ella.

Al olvidarnos de quiénes somos y del poder que tenemos, permitimos que nuestras memorias tomen decisiones por nosotros, que nos controlen y que nos hagan creer que ¡nosotros sabemos más! Perdimos de vista nuestra fuente pura y directa y, por lo tanto, perdimos nuestra verdadera identidad.

Tal como nos enseñan la Ley de Atracción y Ho'oponopono, somos responsables de nuestros pensamientos y nuestros pensamientos dirigen nuestro destino. Debemos aprender a renunciar a estos pensamientos controlados por nuestras memorias, que aparecen como juicios de valor, opiniones, expectativas y creencias, para poder ser uno con la bondad del Universo de Dios.

Aquí descubres que la mayoría de los desafíos a los que te enfrentas son causados por patrones y memorias pasadas que continuamente tocan en tu subconsciente y te impiden alcanzar tu verdadero potencial.

Si desconoces las filosofías del Ho´oponopono y de Un Curso de Milagros puede que quizá te inquiete la idea de no estar preparado para enfrentar las páginas de este libro con un mínimo de confianza. He de decirte que los conceptos están explicados de manera sencilla y de fácil adsorción para los neófitos. No es necesario tener conocimientos previos.

No obstante cuando comenzamos a adentrarnos en el universo del Ho´oponopono y de Un Curso de Milagros, empezamos a darnos cuenta de que las excusas para poder justificar nuestra vida se nos acaban. Nos damos cuenta que, por muy real nos resulte nuestro sufrimiento, en verdad no es así. Ese dolor permanece en nuestra experiencia porque nosotros mismos somos quienes estamos proyectando un sueño de miedo y culpa.

Nuestra vida se sustenta en pensamientos inconscientes de no merecimiento, culpa y castigo en su inmensa mayoría. La primera parte del presente libro ofrece una serie de herramientas probadas tanto en aferrados practicantes del Ho´oponopono, como para inexpertos noveles. Con ellas podremos hacer la limpieza de todas esas memorias erróneas de auto-castigo y así poder reorganizar nuestra experiencia de manera mucho más armónica, serena y abundante, plena de bienes materiales, emocionales y de relaciones con las cuales compartir nuestra alegría y bienestar.

En la segunda parte, daremos un salto cuántico. Nos adentraremos en los fundamentos utilizados por Un Curso de Milagros para invitarnos a la entrega al Sueño Feliz. Un sueño pleno de paz, en el cual nada nos ha de preocupar, sino simplemente permitir la manifestación ante nosotros, del estado natural de Abundancia Infinita que es nuestra por derecho de herencia divina.

Agradece al Universo porque ya eres y ya tienes, y todo se revelará en tu presencia.

En la Gratitud está la Gracias.

En el cero