En las manos está representada la totalidad del ser al que pertenecen, su propia historia.

Tus manos son el espejo de tu alma. Francisco Rodríguez, un conocido quiromántico mexicano afincado en España, nos ofrece por fin con Quiromancia total un libro práctico que abarca la totalidad del antiguo arte de escrutar en ese espejo holográfico que es la mano. En este trabajo, fruto de miles de lecturas de manos, el autor no sólo nos ofrece los símbolos básicos para poder interpretar una mano, también nos brinda una concepción moderna de la quiromancia.

Francisco Rodríguez nació en Ciudad de México en 1954. Licenciado en sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México, realizó estudios de doctorado en filosofía en la Universidad Politécnica de Barcelona, ciudad en la que actualmente reside. Quiromántico por tradición familiar, conjuga el rigor de los modernos métodos científicos con la poesía de una visión mágica de la vida, heredada de sus raíces precolombinas.

Las manos constituyen el mapa personal de la vida de cada individuo; revelan dónde ha estado, dónde está y adónde se dirige. Un sitio privilegiado del cuerpo humano que va recogiendo la información que procesa el cerebro, las vivencias que vamos atravesando y las sensaciones y sentimientos que experimentamos.
Cualidades, creencias, defectos, deseos, manías, miedos, frustraciones, logros, tendencias, fantasías, secretos…, todo se va grabando en nuestras manos; solo se necesita saber interpretar adecuadamente cada una de las líneas inscritas en sus palmas. Es por ello que, desde hace siglos, el hombre ha emprendido su estudio.
Esa disciplina, que es arte y ciencia al mismo tiempo, recibe el nombre de «quiromancia», y este libro tiene la función de guiar al lector interesado en sus primeros pasos por esa fascinante escalera hacia su conocimiento y aprendizaje.

La quiromancia, el arte de leer las manos, nos enseña a conocer la personalidad, la salud y las tendencias psicológicas de las personas con un simple vistazo. La mano es el espejo del alma, y si deseamos descubrirla, no tenemos más que conocer el lenguaje de la quiromancia. Como escribe R. Dolfini en este libro que ya es un verdadero clásico del tema, «la mayor maravilla que podemos observar en nuestro yo físico es la mano inteligente, obediente, flexible, cambiante; capaz de ofrecer, tomar, rechazar, amenazar, bendecir, reprender; ha sido descrita por los antiguos como «maravillosa y perfecta»».