Santa Teresa de Jesús
Santa Teresa de Jesús
- EAN: 9788497942485
- ISBN: 9788497942485
- Editorial: Edimat Libros, S. A.
- Año de la edición: 1753
- Encuadernación: Cartoné
- Medidas: 160 X 240 mm.
- Páginas: 432
(0 Comentarios)
Comenta y valora este libro
Disponible 48/72 hoas
Descripción
"Teresa de Cepeda y Ahumada nació en Ávila el 28 de marzo de 1515. A la muerte de su madre, entra a estudiar en el Convento de las Agustinas de Gracia. En 1532 ingresa monja en el Convento de la Encarnación, y afectada por una enfermedad quedo paralitica en 1537 por un periodo de dos años. En 1542 tuvo la primera aparición del Señor. Llevada por su vocación, intento la reforma de la Orden de las Carmelitas. Y así, el 24 de agosto de 1562, dijo la primera misa en el Convento de San José. Así comenzó la reforma de la Madre Teresa. Después de un trabajo agotador y de una santidad indiscutible, moriría el 4 de octubre de 1582 en Alba de Tormes, mientras se encontraba de viaje para visitar algunos de sus conventos. Fue beatificada en 1614 y canonizada en 1622. El libro de la vida es su primera obra escrita. En los primeros capítulos nos habla de su vida, sigue la obra con un tratado sobre la oración y acaba describiendo la primera fundación del Convento de San José de Ávila. Las moradas del castillo interior es un monumento de la teología mística, una síntesis de la obra teresiana. "
Otros libros de Cristianismo
Sentirse habitado por la presencia
El yo es fuente inevitable de sufrimiento, porque, en su afán de autoafirmarse, identificándose con la mente, nos aleja de la realidad y de la vida. Consciente del destino a donde el yo conduce, del sufrimiento que genera y de la ignorancia y mentira en que nos envuelve, nos resultará fácil reconocer la necesidad y la importancia de liberarnos de él. Y, dado que el yo únicamente vive y es alimentado por el pensar, debemos ejercitarnos en la tarea de silenciar la mente y aprender a vivir en el no-pensamiento. Porque hablar de espiritualidad es hablar de la dimensión de profundidad. Implica reconocer que toda la realidad se encuentra impregnada de una dimensión de Misterio. En este sentido, la espiritualidad es abierta, flexible, pluralista, dialogante, universal... no conoce el juicio y la condenación. Nos coloca en el camino de la experiencia. Es coherente con nuestra condición humana, respetuosa con los otros y humilde ante el Misterio inefable.
Pero la espiritualidad no sólo nos coloca en la actitud adecuada a todo el conjunto de lo Real, sino que puede hacerlo porque nos capacita para acceder a nuestra identidad más verdadera. Nuestra verdadera identidad no es ese yo, sino la Presencia que lo percibe. Y desde la Presencia, todo se ve y se vive de un modo nuevo. El olvido de esta dimensión de profundidad puede hacer estéril nuestro esfuerzo por alcanzar una valoración y estima de nuestra existencia.
Podemos vivir una sana autoestima cuando nos habituamos a conectar con ese Silencio que es Presencia y aprendemos a permanecer descansadamente en Él.
dto.
Evangelio de acuario de Jesús el Cristo de la era de piscis
Este texto es un documento realmente excepcional. Transcrito hace ya cien años desde el “Libro de la Memoria de Dios”, nos revela entre otras cosas lo ocurrido en los “años perdidos” de Jesús, su estancia en la India y en diversos paises de Oriente y su cualidad de ser humano que se elevó a traves de su esfuerzo y su sufrimiento hasta el nivel del Cristo. Al margen de su contenido meramente historico, la vigencia de su enseñanza sigue siendo extraordinaria.
Akasha es una palabra sánscrita, que significa “Substancia Primaria” de la que se formaron todas las cosas. Según la filosofía de Acuario, es el primer estado de la cristalización del espíritu. Esta filosofía reconoce el hecho de que toda substancia primordial es espíritu. La materia no es sino espíritu vibrando a baja frecuencia, “llegando a coagularse”, como lo expresó un maestro.
Este Akasha o substancia primaria es de finura tan exquisita y tan extremadamente sensible que la más imperceptible vibración del éter en cualquier lugar del mundo produce en él una impresión indeleble. Esta substancia primaria no está circunscrita a lugar alguno del universo, sino que es omnipresente. En verdad es la “Mente Universal” de la que hablan los filósofos. Cuando la mente del hombre está en sintonización, en acorde exacto, con la Mente Universal, el hombre adquiere un reconocimiento consciente de las impresiones Akáshicas y puede reunirlas y transcribirlas en cualquier idioma que le sea familiar.
dto.