Sexo y alma
Sexo y alma
- EAN: 9788475565163
- ISBN: 9788475565163
- Editorial: Océano Ambar, S.A.
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 0 X 0 mm.
- Páginas: 136
(0 Comentarios)
Comenta y valora este libro
AGOTADO
Descripción
A principios de este siglo XXI, vivimos bombardeados de forma constante por mensajes e imágenes explícitas relacionadas con el sexo. Las nuevas generaciones creen dominar sus secretos porque tienen a su alcance todo tipo de material, libros, accesorios sexuales, cursillos y manuales que ofrecen informaciones, opiniones, instrucciones... para convertirnos en dioses del sexo irresistibles. Sin embargo, y aunque parezca contradictorio, seguimos buscando respuestas al secreto mágico y milenario de la sexualidad. Algo se nos escapa y no sabemos muy bien qué es. Desesperados, perseguimos llegar a la luz que nos permita sentirnos completos como seres, la unión perfecta entre nuestro cuerpo y nuestro ser, entre nuestro espíritu y la materia de la que estamos hechos, entre la vida a la que nacemos y la muerte a la que estamos abocados. En definitiva, entre el yo y el nosotros, entre la trascendencia y la humanidad.
Sexo y alma nos muestra cómo convertir el sexo en algo sagrado y único, para reivindicar nuestra fuerza de seres divinos, fundidos con la Naturaleza, la Energía y el Amor universal.
Otros libros de Sexualidad
La divinidad desnuda : la sabiduría erótica en la China clásica
Tanto en su poesía como en su pintura erótica, es el gozo sexual de la pareja quien da fuerza creativa al mundo. El coito y todas sus variaciones fortalecen las relaciones de pareja, la vida familiar y la propia realización personal, no sólo físicamente sino -y por encima de todo- espiritual.
La recopilación de textos, pertenecientes a manuales, novelas, cuentos y poemas de la antigua china presentes en La Divinidad Desnuda, y que versan sobre el mundo profundamente espiritual y gozoso del erotismo y el sexo practicado por nuestros antepasados, deben hacernos reflexionar sobre todo aquello que la moderna civilización intenta arrebatarnos, y que es la libertad para acercarnos a nuestro propio paraíso con la fuerza más amorosa que se puede sentir: un sexo intensamente compartido. Chun Yeng Trang
dto.
Eres mi diosa
Un saludo para mis hermanos los hombres. De nuevo juntos para trabajar sobre la conciencia-energía de lo masculino, compartiendo el sentido de pertenencia a un género e intentando abrirnos a la nueva masculinidad sensible. Esa que nos hace capaces de mantener en nuestra vida cotidiana la sobriedad emocional y la serenidad mental, expresando al mismo tiempo la creatividad y la ternura. Sin que tampoco falte un cierto sentido de liderazgo protector, respetuoso y alimenticio, hacia todos aquellos que colaboran, actúan y trabajan bajo nuestra dirección.
Hay una gran confusión y perplejidad en lo masculino respecto al manejo de las emociones y de los sentimientos profundos, y cada vez un mayor porcentaje de hombres nos damos cuenta de que no queremos seguir levantando murallas para evitar que nuestra emotividad se exprese. Pero esto nos hace sentirnos muy vulnerables, casi en desventaja con lo femenino, y su capacidad para administrar una gran variedad de emociones al mismo tiempo, a veces incluso contradictorias (como las fases de la luna).
Como hombres tenemos que pasar por la apertura del pecho y la iniciación de la diosa, y para ello hemos de abandonar dos refugios, primero el del control mental y segundo el de las emociones explosivas (impulsivas) y el instinto desbordado. Aunque nos empeñemos socialmente en lo contrario, la pornografía, la fantasía sexual, el sexo duro sin sentimientos, el echar un polvo para descargarse y las bromas sociales sobre el yoni de la diosa (o el lingam del Shiva), despilfarran nuestra energía, nos hunden en la materialidad de tratar como un objeto manipulable a la mujer y nos enferman por falta de amor. Y es esta desacralización del sexo y el amor lo que traumatiza a nuestros hijos pequeños y no la contemplación de los cuerpos desnudos de sus padres, ni siquiera el ser testigos del acto amoroso.
Miyo, primavera de 2013
dto.