Sexualidad tántrica: sanación del alma humana
Sexualidad tántrica: sanación del alma humana
- EAN: 9788496439245
- ISBN: 9788496439245
- Editorial: Mandala Ediciones, S.A.
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 140 X 210 mm.
- Páginas: 240
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Feminidad salvaje
¿Te has preguntado por que vives la sexualidad como lo haces?
¿Que significa para ti gozar?
Con Feminidad salvaje, la sexóloga Sonia Encinas nos invita a abrir una caja de Pandora que lleva demasiado tiempo enterrada y a unirnos a una revolución que no necesita ni pancartas ni barricadas. Esta tiene lugar en lo más íntimo, en nuestra propia cama, en nuestro propio cuerpo, en nuestros propios ritmos sexuales y en la definición propia de la feminidad. Se trata de una sublevación ante lo que nos dijeron que debíamos ser y de una transformación que nos conecta con nuestra esencia más salvaje, aquello que no podemos (ni debemos) domar. Un camino hacia la mujer sexual que somos. Para recuperarnos, liberarnos y gozar.
Sonia Encinas, con su gran habilidad para comunicar, se desnuda ante la lectora y, a traves de su propia historia –a la vez tan personal y universal–, la guía para reconectar consigo misma, con su cuerpo, con sus emociones y creencias, para redescubrir sin pudor su propia sexualidad.
Un libro que habla sobre el sexo, el amor, las relaciones, el respeto, los cuidados, la sororidad y el feminismo.
"Mujer salvaje, que el placer sea tu brújula".
"En cada una de las página
dto.
Eres mi diosa
Un saludo para mis hermanos los hombres. De nuevo juntos para trabajar sobre la conciencia-energía de lo masculino, compartiendo el sentido de pertenencia a un género e intentando abrirnos a la nueva masculinidad sensible. Esa que nos hace capaces de mantener en nuestra vida cotidiana la sobriedad emocional y la serenidad mental, expresando al mismo tiempo la creatividad y la ternura. Sin que tampoco falte un cierto sentido de liderazgo protector, respetuoso y alimenticio, hacia todos aquellos que colaboran, actúan y trabajan bajo nuestra dirección.
Hay una gran confusión y perplejidad en lo masculino respecto al manejo de las emociones y de los sentimientos profundos, y cada vez un mayor porcentaje de hombres nos damos cuenta de que no queremos seguir levantando murallas para evitar que nuestra emotividad se exprese. Pero esto nos hace sentirnos muy vulnerables, casi en desventaja con lo femenino, y su capacidad para administrar una gran variedad de emociones al mismo tiempo, a veces incluso contradictorias (como las fases de la luna).
Como hombres tenemos que pasar por la apertura del pecho y la iniciación de la diosa, y para ello hemos de abandonar dos refugios, primero el del control mental y segundo el de las emociones explosivas (impulsivas) y el instinto desbordado. Aunque nos empeñemos socialmente en lo contrario, la pornografía, la fantasía sexual, el sexo duro sin sentimientos, el echar un polvo para descargarse y las bromas sociales sobre el yoni de la diosa (o el lingam del Shiva), despilfarran nuestra energía, nos hunden en la materialidad de tratar como un objeto manipulable a la mujer y nos enferman por falta de amor. Y es esta desacralización del sexo y el amor lo que traumatiza a nuestros hijos pequeños y no la contemplación de los cuerpos desnudos de sus padres, ni siquiera el ser testigos del acto amoroso.
Miyo, primavera de 2013
dto.