Todas las enfermedades tienen una causa fundamental: la acumulación en el organismo de sustancias indeseables a las que se ha dado el nombre de toxinas. Unas veces proceden de la alimentación y otras son desechos del metabolismo celular. Si no se eliminan envenenan la sangre, los órganos y los espacios intercelulares. El cuerpo reacciona ante la intoxicación eliminando estas sustancias a través de los órganos emuntorios (piel, pulmones, hígado, riñoes e intestinos). En cuanto la capacidad de eliminación del cuerpo es desbordada, aparecen los síntomas y los dolores. también ciertas enfermedades que no son más que procesos de autolimpieza. Tratar los síntomas sin actuar al nivel de las causas no es sino aumentar el proceso de intoxicación. Así, es esencial dejar salir las enfermedades agudas, sin esconder los síntomas. Cortar una fiebre, una diarrea o una tos, o bien suprimir un dolor sin ayudar al cuerpo a desintoxicarse, es actuar de forma antinatural e insana.

Este libro, escrito de forma amena y directa, trata en profundidad las enfermedades graves y su causa común: la intoxicación del organismo.

Cuando enfermamos, codificamos una nueva experiencia en la memoria biológica de la especie, transformamos los tejidos de nuestro organismo para contenerla e integrarla, y organizamos las condiciones para superar el estado de crisis que la nueva experiencia ha abierto en nuestra vida y en nuestra evolución. Precisamente este estado de crisis, en el que nuestra vida se detiene frente a una experiencia no integrada, es el «mal de vivir» del que las enfermedades nos pueden hacer sanar, enseñándonos nuevos caminos a seguir. Las enfermedades nos curan porque nos cambian la vida. Así es como, tanto a través de la evolución de la especie como en el curso del desarrollo del individuo, la experiencia se convierte en un cuerpo: con cinco leyes biológicas y un sistema integrado de programas biológicos especiales compuesto por muchos hilos diferentes, que se entrelazan y anudan entre sí, para tejer ese tapiz vivo, que es el organismo en su proceso vital.

El psicoterapeuta John James, doctor en filosofía, recurre a casi veinte años de práctica terapéutica para presentar unas conclusiones tan elegantes como sorprendentes sobre la naturaleza del universo y sus implicaciones para la experiencia humana. Recurriendo a la biología y la astronomía, nos muestra que todo lo que existe ha sido creado a partir y dentro de los vastos dominios de energía que forma el Gran Campo, y que el alma ?esa parte energética de nosotros que conecta con el universo? es un factor creativo tan poderoso como el ADN en nuestro desarrollo físico y psíquico. Como sus hallazgos se basan en una innovadora combinación de pruebas científicas, sabiduría cultural y espiritual diversa e historiales clínicos de sus pacientes, las conclusiones de James constituyen una teoría estimulante y original de cómo el Gran Campo es la base de todo en el universo, incluida la energía personal que llamamos alma.