El arte de echar las cartas, o sea el medio de adivinar el presente y el porvenir a través de los naipes, data de la época de los egipcios, quienes legaron a la posteridad un grandioso libro al cual consultaban diariamente. Ese libro, llamado de Thoth, estaba compuesto de 78 planchas de oro purísimo, sobre las cuales había grabados ciertos jeroglíficos o palabras misteriosas, cuya explicación se hacía diariamente por los padres de familia. Este libro fue el único que escapó del furor de Omar cuando mandó incendiar la célebre Biblioteca de Alejandría.

Los 78 jeroglíficos sirvieron de base a Etteilla en 1770, previos los estudios de Guillaume Postel y de Court de Gebelin, para su adaptación a la baraja francesa primeramente, y después a la española, a la italiana y a la alemana. El gran número de jeroglíficos es lo que ocasiona que los modernos naipes tengan dos significaciones, una al derecho y otra al revés.

Existen muchos y muy variados modos de echar las cartas, pudiendo decirse que la mayor o menor originalidad de las personas que se dedican a este arte han producido su método especial. Ante la imposibilidad de describir en este volumen cuantos conocemos, sólo son mencionados los métodos principales y más primitivos, los cuales son minuciosamente descritos, a fin de que no le quede al lector la más insignificante duda

Basadas en las auténticas enseñanzas gitanas de la Rusia del siglo XIX, estas impresionantes cartas, ilustradas a todo color en el estilo ruso Palekh, junto con el libro que las acompaña, combinan la belleza de las cajas lacadas rusas con la diversión que proporciona un sistema tan viejo como el tiempo de anticipar el futuro e iluminar el presente.
«Al echar las cartas, estamos leyendo la situación actual de nuestro barómetro psíquico. ¿Nos amenaza una tormenta, o la travesía será fácil? ¿Encontraremos el éxito o el fracaso en nuestros planes? ¿En la actualidad se ven favorecidos el amor, el dinero, los viajes? Al igual que un piloto utiliza el informe del tiempo a fin de planificar su vuelo, del mismo modo podemos utilizar las cartas como ayuda para planificar nuestra vida.»

Marianne Costa es la gran maestra del Tarot en el mundo. En este libro, recorre las bases históricas, culturales e iconográficas de esta mancia para proponer una estructura de interpretación, accesible tanto para principiantes como para las personas que ya están familiarizadas con el Tarot.

¿De dónde viene el Tarot? ¿Es realmente portador de un influjo espiritual decisivo? ¿Cómo es que la lectura de cartas puede guiarnos con tanta precisión? ¿Cómo podemos hacer para progresar como lectores? En esta obra, fruto de quince años de experiencia tras la publicación de La vía del Tarot, Marianne Costa revisita las bases históricas, culturales e iconográficas del Tarot de Marsella para ofrecer una estructura de interpretación, en profunda coherencia con la historia del juego, que tiene en cuenta todas sus cartas: arcanos menores y mayores. La ambición de este libro es ofrecer una visión sintetica y detallada a la vez que permita, a quienquiera que se sienta atraído por el Tarot, practicar la lectura de las cartas desde un enfoque de profundización personal y de comunicación bienintencionada con el otro. Procura ser accesible tanto para los principiantes como para las personas que ya están familiarizadas con el Tarot.

Los tattwas revelan sus secretos a quienes meditan en ellos. 

Esta es la primera frase que aparece en este libro. 

José Antonio Portela ha investigado, trabajado y meditado durante largos años en las figuras de los tattwas, y como afirma, ellos (los tattwas), le han revelado sus secretos. En esta obra aparecen aspectos inéditos de la ciencia sagrada. Los tattwas trascendentes, velados hasta ahora, muestran en estas páginas su impactante esplendor. Y desde la belleza de sus figuras y colores, Adi y Anupadaka, las manifestaciones más espirituales de la naturaleza humana, origen y final del propio universo, aparecen como realidades cotidianas y como un verdadero camino espiritual para el desarrollo y perfección del ser humano.

José Antonio Portela revela la historia, cualidades, esencias y energías de estas poderosas figuras, tratando ampliamente los significados de sus 90 combinaciones,  ellas desde su simbolismo austero, informan al estudioso de los tattwas, de cómo actúan y operan, desde su estado trascendente de fuerzas espirituales puras, hasta los elementos sutiles de la naturaleza, que dan origen  al espacio, al tiempo y  a los sucesos que desde un yo personal, el infinito Svara, desea experimentar.

La práctica de la meditación como método de autoconocimiento y autodesarrollo queda claramente descrita en esta obra. También las técnicas de magia con los símbolos tattwa,  que nos aportarán sus sutiles y activas energías.

El arte de la visualización como método de “crear”, cuenta con un magnífico aliado, los tattwas, para materializar y conseguir aquellas cosas, que deseamos desde nuestra mente y sobre todo desde  nuestro corazón.

Su función de oráculo nos resultará de ayuda, ante ciertas situaciones en que precisemos un punto de vista clarificador.  

Esta obra será de inestimable ayuda para aquellos, que atraídos por las fuerzas vivas de los tattwas, deseaban una guía, que les facilite el transitar por el camino de conocimiento, sabiduría y poder, que son las fuerzas, desde la que Svara, el gran aliento de vida, “anima mundi de Platón”, crea, sostiene y transforma al universo, y a todos los seres.