¿Y si hubiera una sustancia natural que mejorase tu salud, fuese barata y se pudiera comprar en cualquier supermercado, o que incluso ya la tuvieras en la despensa? La hay y recibe el nombre de «bicarbonato sódico». Durante años, el bicarbonato sódico se ha utilizado a diario como parte de numerosos tratamientos médicos, pero la mayoría de la gente desconoce su gran potencial terapéutico. En su nuevo libro, el Dr. Mark Sircus expone cómo este componente común –junto con el magnesio, el potasio y los bicarbonatos cálcicos– puede ser usado en el tratamiento, e incluso en la prevención, de diferentes enfermedades. Este libro también detalla cómo el bicarbonato sódico y su efecto en el pH pueden beneficiar a personas afectadas por enfermedades renales, infecciones micóticas, gripe y resfriado, enfermedades periodontales, hipertensión e incluso cáncer. También explora su papel en el tratamiento de las toxicidades radioactiva, química y por metales pesados. Finalmente, el autor explica diversas formas de consumir bicarbonato sódico, detallando el método más fácil y efectivo para tu caso. Seguro, sencillo y efectivo, el bicarbonato sódico contiene poderosas propiedades que pueden ayudarte a equilibrar tu sistema, recuperar tu bienestar y evitar futuros problemas de salud.
AUTOR recibió formación en acupuntura y medicina oriental en el Instituto de Medicina Tradicional de Santa Fe y en la Escuela de Medicina Tradicional de Nueva Inglaterra (Boston). Ha trabajado en el Hospital Público Central de Pochutla (México). Forma parte del equipo de Asesoramiento Científico y Desarrollo de Investigación del Da Vinci College of Holistic Medicine. Los artículos del Dr. Sircus se han publicado en numerosos boletines académicos y revistas de todo el mundo. Además, es autor de numerosos best-sellers.

La naturaleza nos dio el hambre y nos puso la comida, nos dio  los pulmones y el aire, la sed y el agua. La naturaleza nos inculcó la agresividad  y nos enseñó el amor, se hizo misteriosa y nos otorgó la inteligencia, nos trajo las enfermedades y nos proporcionó los remedios. Solamente la egolatría del ser humano le ha hecho creer que tras los muros de un laboratorio médico está la solución a sus males, que se pueden evitar las enfermedades inoculando venenos y restaurar la salud de un órgano dañado a otro. Cuando dentro de unos años la humanidad recuerde cómo se curaba a nuestras generaciones, con química y procedimientos invasivos que llegan a nuestras entrañas, sentirán pena por nosotros.

Es casi ya una enfermedad endémica, un destino inexorable para la mayoría de las personas mayores de 60 años. Asumiendo que se trata de un “problema de la edad”, los enfermos ven como, poco a poco, su habilidad para las labores cotidianas queda manifiestamente mermada, acompañada de dolores que en ocasiones apenas si se mitigan con el reposo. 

Medicados con analgésicos y antiinflamatorios, con frecuencia los afectados tienen que acudir a una operación quirúrgica que les implante una prótesis que les permita llevar una vida razonablemente eficaz.

Pero, como en todas las enfermedades crónicas, las medicinas alternativas tienen mucho que aportar y decir, con remedios naturales que podrán ir mitigando –en ocasiones solucionando- poco a poco, la mayoría de los problemas y causas que generaron esta enfermedad. No hay un remedio mágico, pero sí muchos pequeños remedios válidos.