La gran misión: conversaciones con Marina Munk

El trayecto que recorremos desde que nacemos hasta que morimos es un diseño del Universo para que descubramos el enigma de la vida y la evolución. Debido a diversos factores condicionantes no podemos percibir el toque mágico de la vida que manifiesta el poder creativo de Dios. No estamos aquí para vivir de una forma inconsciente y extravagante sin ningún propósito. Aunque nuestra estancia en la Tierra es muy breve, podemos aprovecharla para descubrir la inmortalidad de nuestro Ser Esencial.

Nos hemos olvidado que somos inmortales y eternos; por eso padecemos ansiedad, frustración y temor. Somos emanaciones del poder creativo de Dios que, temporalmente, estamos experimentando la muerte y el sufrimiento. Hemos sido diseñados para amar y ser amados, pero el objetivo de nuestro amor y felicidad no es el apropiado, por eso nos frustramos y sufrimos.

En este libro se tratan diferentes formas de lenguaje: El del silencio; el de las emociones; de las energías; la comunicación espiritual entre los sexos, y otros más. Juntos conforman un conjunto de enseñanzas destinadas a creae consciencia espiritual.

¿Cómo llegan a abrirse las flores? ¿Pueden enseñarnos a abrirnos como lo hacen ellas? ¿En qué consiste realmente el florecimiento del ser? Pues bien, este libro trata de eso. Es un libro en parte angélico, lo que quiere decir que su lenguaje, en muchos capítulos, es alegórico, cargado de símbolos y metáforas que hablan directamente al alma para conmoverla y suscitar reacciones, preguntas, rupturas de esquemas, intuiciones. Que nadie espere, pues, un libro que explique de manera directa, total y exhaustiva lo que es florecer, y cómo lograrlo. Este no es un método en siete pasos para florecer, sino que más bien es como una flor misteriosa que Gabriel y los espíritus de las plantas que florecen ofrecen a los lectores con una sonrisa. En esta flor de energía viva, pulsante y cambiante como la misma naturaleza del Fuego Vivo, están contenidas muchas respuestas. Basta abrirse a sentirlas, dejándose conmover por las palabras y lo que hay tras ellas, y entonces el libro podrá catalizar un proceso interior de cambio y transformación a través del cual cada persona podrá vivir, en su ser, su propia respuesta a lo que significa florecer.