Una gran aventura : la muerte
Una gran aventura : la muerte
- EAN: 9788478086610
- ISBN: 9788478086610
- Editorial: Editorial Sirio, S.A.
- Año de la edición: 2013
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 140 X 210 mm.
- Páginas: 348
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Descripción
Una recopilación de escritos que toca un tema crucial para el ser humano: la muerte.
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Los títulos de los principales capítulos de este libro proporcionan la secuencia de un estudio progresivo: 1. El zodiaco y los rayos; 2. La naturaleza de la astrología esotérica; 3. La ciencia de los triángulos; 4. Los planetas sagrados y los no sagrados; 5. Las tres constelaciones principales; 6. Las tres cruces; 7. Los rayos, las constelaciones y los planetas. Contienen además un apéndice que resume y clasifica muchos factores de fundamental importancia para el estudio de la astrología esotérica.
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La educación debería consistir en un proceso contínuo desde el nacimiento hasta la muerte. Es un proceso que consiste esencialmente en reconciliar los elementos humanos y los elementos divinos en la constitución del ser humano. Justas relaciones entre Dios y el hombre, el espíritu y la materia, el todo y la parte, tal debe ser el objetivo primordial de las técnicas educativas.
De entre los temas especializados incluidos en estos libros de Alice Bailey y el Tibetano, la educación es de primordial importancia. Hoy estamos perdiendo la tendencia a asociar “educación” sólo con la instrucción de los jóvenes y con materias académicas. La educación es, o debería ser, un proceso continuo desde el nacimiento hasta la muerte, que concierne no tanto a la adquisición de conocimientos como a la expansión de conciencia. El conocimiento por sí mismo es un callejón sin salida, a menos que actúe en relación con el entorno, las responsabilidades sociales, las tendencias históricas, las condiciones humanas y mundiales, y, por encima de todo, con la evolución de la conciencia que conlleva la inmensidad infinita de un universo desconocido al alcance de la mente humana finita.
Simplificando mucho, ¿podemos decir que la educación es un proceso continuo en el que se aprende a reconciliar los elementos divinos y humanos en la constitución del hombre, creando relaciones justas entre Dios y el hombre, el espíritu y la materia, el todo y la parte?
Si esto es educación en un sentido más amplio, es más específica y más concentrada cuando se considera a la luz de la formación del niño. Este libro se concentra y es específico en este sentido. Aunque presenta la necesidad de plenitud –el desarrollo completo de la persona, espíritu, alma y cuerpo como una unidad integrada, y la aceptación de todo el planeta como un área de experiencia y responsabilidad personal – se exponen las necesidades educativas del niño en términos específicos. Se enumeran los fallos e insuficiencias de los sistemas educativos actuales existentes en muchas partes del mundo, y se sugieren métodos para el futuro.
Se hace hincapié en la necesidad de educar en la ciudadanía mundial. Incluso antes de que este libro fuera publicado por primera vez, sorprendentemente esta necesidad se había hecho evidente. También está claro, sin embargo, que dado que los niños tienden a aceptar naturalmente sin rechistar a los de otras naciones, otras razas, color, credo y condición social, una conciencia mundial e inclusiva debe ser generada primero en los adultos responsables de la educación y la formación de los jóvenes.
Por consiguiente, este libro incluye un breve capítulo final sobre “la ciencia del Antahkarana”, es decir, con el esfuerzo creativo para tender el puente en conciencia entre la mente inferior analítica, que recoge conocimiento, el alma, y la mente superior que es un aspecto del Yo divino, el hombre espiritual. Este es un proceso científico que puede ser estudiado y practicado como una técnica de meditación, combinada con el esfuerzo para aplicar los principios espirituales a la vida diaria en toda circunstancia.
La construcción del Antahkarna, literalmente un puente entre los mundos subjetivo y objetivo, crea un canal para la transmisión de energías espirituales –luz, amor y poder. Estas energías transforman la vida diaria, irradian la personalidad e infunden la mente con pensamientos creativos acordes con las necesidades del Plan que está surgiendo en los albores de una nueva era. De esta manera el adulto esclarecido puede estimular el alma del niño, enriquecer y avivar la mente, y proporcionar oportunidades correctas para el pleno desarrollo del potencial espiritual.
dto.
De Belén al calvario
Solamente diré que soy un discípulo tibetano de cierto grado; esto puede significar muy poco para ustedes, porque todos son discípulos, desde el aspirante más humilde hasta más allá del Cristo Mismo. Tengo
un cuerpo físico al igual que todos los hombres; resido en los confines del Tíbet, y a veces (desde el punto de vista exotérico), cuando me lo permiten mis obligaciones, presido un grupo numeroso de lamas tibetanos. A
esto se debe la difusión de que soy abad de ese Monasterio Lamásico.
Aquellos que están asociados conmigo en el trabajo de la Jerarquía (los verdaderos discípulos están unidos en este trabajo), me conocen también con otro nombre y cargo. A.A.B. conoce dos de mis nombres.
Soy un hermano que ha andado un poco más por el sendero, y por consiguiente, tengo más responsabilidades que el estudiante común. He luchado y he abierto un camino hacia la luz y logré mayor cantidad de
ella que el aspirante común que leerá este artículo; por lo tanto, tengo que actuar como transmisor de luz, cueste lo que cueste. No soy un hombre viejo, con respecto a lo que la edad puede significar en un instructor,
y tampoco soy joven e inexperto. Mi trabajo consiste en enseñar y difundir el conocimiento de la Sabiduría Eterna dondequiera que encuentre respuesta, y esto lo llevo haciendo muchos años. Trato también
de ayudar a los Maestros M. y K.H. en todo momento, porque estoy relacionado con Ellos y Su trabajo. Lo expuesto hasta aquí encierra mucho, pero tampoco les digo nada que pueda inducirles a ofrecerme
esa ciega obediencia y tonta devoción que el aspirante emocional brinda al Gurú o Maestro, con el cual aún no está en condiciones de tomar contacto, ni puede lograrlo hasta tanto no haya transmutado la devoción
emocional en desinteresado servicio a la humanidad, no al Maestro.
dto.