Una mirada a la logia : imágenes y palabras
Una mirada a la logia : imágenes y palabras
- EAN: 9788492984640
- ISBN: 9788492984640
- Editorial: Entreacacias S.C
- Año de la edición: 1753
- Encuadernación: Cartoné
- Medidas: 200 X 230 mm.
- Páginas: 188
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Descripción
La impactante belleza de la imagen del fotógrafo chileno Sebastián Utreras unida a la fuerza de la palabra de Javier Otaola, uno de los principales referentes masónicos de hoy en día, han creado este libro único y lleno de sabiduría.
Mucho de alquimia hay en el encuentro mágico de la sutil fotografía en blanco y negro de Sebastián Utreras con el verbo ágil y desmitificador de Javier Otaola. Imágenes y textos parecen haber estado aguardando encontrarse, como por casualidad, en la vuelta de cualquier esquina, en la ciudad aquella con nombre de todas las ciudades de tu historia. De nuevo, tres diálogos en uno que son muchos. Primero el ojo claroscuro del fotógrafo arrancando fragmentos que devienen un todo conversando con las imágenes; junto a él, la palabra narrada de la pluma que conversa con el intelecto; y finalmente el precipicio del diálogo interior a que nos empujan irremediablemente. Tres conversaciones que de nuevo devienen en música, y en esa extraña sensación de tiempo detenido y de espacio indefinido y próximo.
Numerosa es la bibliografía que nos invita a una lectura de la logia -como catalizador y escenario del método iniciático- desde la columna de sabiduría; muchas de esas obras son capaces de sostener, desde la columna de la fuerza, la arquitectura siempre inacabada de la república; pero faltaba la columna de la belleza -en la palabra y la imagen- para sostener una mirada tan luminosa, abierta y esclarecedora a la logia masónica.
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La Orden Ilustre de la Estricta Observancia Templaria
Poderosa durante dos siglos, en plena Edad Media, la Orden del Temple continúa fascinando, al tiempo que inquietando, a un gran número de personas. Es difícil, en efecto, tener una visión precisa e imparcial de este apasionante tema con la abundancia de textos de no demasiado valor que inundan el mercado. Política y ateísmo se mezclan indiscriminadamente, olvidando que la Pura Francmasonería, si prestamos atención a su origen, no se concibe sin una creencia en Dios, Gran Arquitecto del Universo. Los miembros de las asociaciones caballerescas existentes, los responsables de iglesias e instituciones sociales, al igual que muchos francmasones, conocen mal la Orden Ilustre de la Estricta Observancia Templaria. En tiempos antiguos esta contó con la presencia de los llamados aristócratas de alto rango, de grandes compromisarios de Estado y de grandes artistas como Mozart o Goethe. Una docena de reyes y príncipes regentes también formaron parte de esta corriente templaria de inspiración jacobita, como el duque de Sudermania o el en rey de Suecia, los príncipes Frédérick Auguste de Brunswick, Henri de Prusia, Charles de Mecklembourg-Strelitz o Charles de Hesse-Cassel, así como numerosos obispos y pastores. Si no existiera un vínculo entre la Orden del Temple y la Francmasonería, como nosotros hemos dejado bien claro de la mano de masones con experiencia, entonces por qué los últimos altos grados en todos los ritos le hacen mención, por qué un buen número de cartas dan fe de ello, por qué el diploma del Gran Colegio de los Ritos del Gran Oriente de Francia está encuadrado entre «dos templarios armados», que además se conocen como caballeros del águila blanca o negra
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Los reyes Estuardo y la francmasonería
La francmasonería moderna emprende el vuelo en el curso del siglo XVII, cuando los Estuardo ejercen el poder en los tres reinos de la Gran Bretaña. Después de 1689, esta se transforma bajo los efectos de una revolución que los fuerza al exilio. A partir de entonces, dos tendencias entran en rivalidad más o menos viva. Por una parte están las logias de los precursores estuardistas; por otra, las de sus vencedores políticos, denominados hannoverianos, a partir de 1714.
Con el apoyo de los archivos de la época, durante largo tiempo desconocidos o ignorados, esta obra vuelve a trazar las diferentes etapas de un recorrido que empieza bajo el reinado de Jacobo I (1603-1625) y termina con la muerte de Carlos-Eduardo Estuardo en 1788.
En teoría, la política está supuestamente ausente de los compromisos masónicos individuales; en la práctica, la política determina muchos de ellos. Se puede comprobar cuando la mayor parte de los rituales elaborados al hilo del transcurrir de los decenios, toman prestadas del Antiguo Testamento, escenas de éxodo, de errante vagabundear y de reconquista, para compararlas precisamente con los infortunios que sufrieron los Estuardo y sus partidarios.
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Constituciones de Anderson
El documento fundacional por excelencia de la Masonería en un volumen único. Indispensable de por sí en toda biblioteca masónica.
Redactadas por el pastor James Anderson y por Jean Théophile Désaguliers a petición del Gran Maestro de la Gran Logia de Inglaterra, el duque de Montagu, en 1721 y publicadas en 1723, las Constituciones de Anderson -en un principio conocidas como Manuscrito Anderson- marcan el punto de partida de la actual Masonería especulativa al establecerse en ellas por primera vez la condición de masón especulativo. Las Constituciones de Anderson están consideradas como las Constituciones oficiales de la Masonería regular o anglosajona. Se trata de un documento completamente nuevo, es decir, no se limita a recoger los textos de otros manuscritos más antiguos. El texto, realmente el documento más importante de la Masonería, remonta los inicios de ésta al mismo momento de la Creación, con Adán de primer masón. Aquí encontramos por primera vez el término Gran Arquitecto del Universo para referirse al Ser Supremo o Creador.
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