Psicodelia , Gestalt y espiritualidad
En la década de los 80, en plena movida madrileña, algunos cambios existenciales intermitentes me llevaron a experimentar con sustancias psicodélicas un encuentro con la espiritualidad.
con los chamanes brasileños del Santo Daime.
La toma de sustancias psicodélicas hecha con varios maestros expertos que comento en el libro, me ayudaron a abrir el corazón, volver a mí mismo y conectar con mi alma. La psicoterapia Gestalt establece de por sí un tipo de abordaje espiritual al poner la atención a lo que está ocurriendo en nuestro interior. Fritz Perls, el creador de la terapia Gestalt, veía en el zen una religión sin dios, y lo practicó en un monasterio de Kioto (Japón). C. Naranjo, discípulo directo de Perls, define la psicoterapia Gestalt como una
"reespiritualización de la psicología” o como una "conducción psico-espiritual”.
dto.
Tiempo Real arte de dejar que la vida suceda
“El tiempo no perdona”, oí esta frase por la calle refiriéndose al decaimiento de la vejez. Otro día un vecino de reciente jubilación me habló de cómo “matar el tiempo”. Lo de matar el tiempo es una frase muy tópica, pero nunca me había impactado tanto. Ambas frases me sonaban a que el tiempo fuera un enemigo muy peligroso.
Tiempo después encontré en un poema de Jeff Foster otra percepción distinta referente al tiempo: “¿Quién podría morir al tiempo?” En el contexto del poema se refería a quién podría asumir la dicha de entregarse totalmente al vacío del tiempo, es decir, al no tiempo.
La mitología griega nos muestra tres dioses del tiempo: Cronos, Aión (Eón) y Kairós. Cronos, dios del tiempo medido, marca los objetivos necesarios en nuestra vida social; Aión es el dios de la eternidad, del no tiempo. Los animales, los niños y los ancianos viven en ese estado intemporal; Kairós, dios del momento fugaz e inesperado, cuando todo es sincronía y magia sin necesidad de ordenarlo con nuestro control racional.
Le oí decir a Alejandro Jodorowsky que hay tres formas de entregarse al tiempo cuando vamos caminando y queremos llegar a un destino, yo le añado los tres dioses griegos: una forma es la de escoger la distancia más corta, aquí estaríamos entregándonos a Cronos para llegar antes; otra forma sería la de elegir el camino más bello o desconocido, podría ser el tiempo de Kairós; y entregarnos al instante presente, donde sentimos que ya hemos llegado en cada paso dado, ese es Aión.
dto.