Atencion Y La Vida Laboral

Atencion Y La Vida Laboral
- EAN: 9789501603620
- ISBN: 9789501603620
- Editorial: Estaciones
- Encuadernación:
- Medidas: 0 X 0 mm.
- Páginas: 0
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Libera tu corazón y tu mente
Su Santidad Sakya Trizin, cabeza del glorioso linaje Sakya -una de las cuatro escuelas principales del budismo tibetano-, presenta aquí las enseñanzas budistas esenciales de las cuatro nobles verdades, compasión universal y la motivación correcta para la práctica.
Este libro comienza compartiendo una enseñanza privada que Su Santidad le dio a un joven recién llegado que buscaba comprender la herencia espiritual de este gran maestro. El consejo de Su Santidad nos inspira a integrar el poder potencial de estas enseñanzas en nuesta vida diaria.
Lleno de una sabiduría intemporal, Libera tu corazón y tu mente contiene, además de esta introducción, una explicación de la enseñanza Compasión Inmaculada del santo indio Virupa, y una selección de las enseñanzas esenciales denominadas Separarse de los Cuatro Apegos. Desarrollado como el primer volumen de un programa de estudio para los estudiantes de la tradición Sakya, no obstante por sí solo sirve como una excelente introducción a las enseñanzas de Buda.
dto.
No tener cabeza : Zen y el redescubrimiento de lo evidente
Prólogo por Huston Smith
El mejor día de mi vida, el día de mi renacimiento, por decirlo así, fue cuando encontré que no tenía cabeza. Lo que ocurrió de hecho fue algo absurdamente simple y poco espectacular: por un momento dejé de pensar. La razón y la imaginación y todo el parloteo mental se extinguieron. Existía sólo el Ahora, aquel momento presente y lo que se daba claramente en él. Ver era suficiente. Y lo que encontré eran unas perneras caquis que terminaban hacia abajo en un par de zapatos marrones, unas mangas caquis que terminaban a ambos lados en un par de manos rosadas, y una pechera caqui que terminaba hacia arriba en ¡absolutamente nada! Ciertamente no en una cabeza.
No me llevó ningún tiempo notar que esta nada, que este hueco donde debía haber habido una cabeza, no era un vacío ordinario, no era una mera nada. Era una vasta vacuidad ampliamente llena, una nada que enc ontraba sitio para todo, para la hierba, los árboles, las distantes colinas umbrías, y allá a lo lejos, por encima de ellas, las cumbres nevadas como una hilera de nubes anguladas cabalgando en el cielo azul. Había perdido una cabeza y ganado mundo…
Douglas E. Harding
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