De la invención de la verdad o perfección
De la invención de la verdad o perfección
- EAN: 9788479103217
- ISBN: 9788479103217
- Editorial: Editorial Humanitas, S.L.
- Año de la edición: 2000
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 140 X 210 mm.
- Páginas: 112
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Descripción
La Alquimia, siempre ha fascinado y atraído a los Reyes, los Papas, y los eruditos y académicos de todas las épocas.
Geber, famoso príncipe, filósofo y químico árabe del siglo VIII, está considerado como el alquimista más grande del Islam.
En este tratado De la Invención de la Verdad o Perfección nos descubre las cosas que son necesarias para alcanzar nuestro Magisterio, y la forma de Prepararlo con una demostración cierta de sus pesos y medidas.
Está dividido en cuatro partes:
En la primera trata con suficiencia de los Minerales Medios y de sus Preparaciones para que estén dispuestas debidamente en la Extracción de los Espíritus y Cuerpos imperfectos.
En la segunda, de las Mundificaciones de los Espíritus y de la Entera Preparación de los mismos. .
En la tercera, de las Preparaciones diversas de los Cuerpos imperfectos según la Compleción de la Obra.
En la cuarta, de todas las Medicinas para transformar todo Cuerpo en Sol y Luna, con proyección, peso y medida, según la Exigencia de las necesidades para poder finalizar con éxito la Obra.
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Liber paragranum
Considera el autor que la medicina debe sustentarse sobre «cuatro pilares»: la Filosofía, la Alquimia, la Astrología y la Virtud. Sobre estos cimientos Paracelso construye un bellísimo texto que, aunque no esté exento de brusquedades, destila un profundo conocimiento del ser humano, y del papel que debe desempeñar la medicina y el médico en la sanación.
dto.
Criterivm natvrae : epítome de chemicina y espagiria
El capricho de la Historia ha hecho que hoy el término ?alquimia? se aplique tan solo a una disciplina de carácter esotérico y oscuro, empeñada tanto en transmutar metales innobles en oro como en la consecución del Elixir de la Inmortalidad, despojándola así de toda su dimensión de ciencia de la Salud. Sin entrar en el d ebate Realidad /Quimera de la ciencia alquímica, pues que no son estas páginas el foro más adecuado para ello, es, no obstante, nuestra intención la de reivindicar por legítimo y en histórica justicia, el derecho de la vieja Alquimia a utilizar su nombre en relación con las ciencias de la Salud y precisamente en este sentido y para evitar confusiones, es por lo que hemos re-acuñado el término "kemicina? o "chemicina? en paralelismo evidente con el de "medicina?. La Kemicina o medicina espagírica se fundamenta pues en las estrictas leyes herméticas originadas en el paradigma egipcio y son estas leyes las que diferencian sus principios de los conceptos médicos y farmacológicos al uso. Desde tiempo inmemorial los alquimistas sabían que todo remedio se halla en la Naturaleza como una redención de los errores emanados de una manipulación indebida de la misma. Estamos pues en un terreno en el que ciencia y "moral? se dan la mano para llevarnos por los derroteros de una Ciencia con Consciencia. La Espagiria o Alquimia menor, se define como el arte de separar lo puro de lo impuro. Arte separatoria por excelencia que exige toda una liturgia de lab-oratorio (ora et labora que decían antaño los venerables monjes nazarenos). Por otra parte, la separación de lo puro de entre lo impuro exige necesariamente el paso por la muerte, los misterios de Thanatos, oficiados en el "athanor?, el horno secreto de los alquimistas cuyo fuego devora las partes más impuras de la materia para devenirlas en "espíritu? y volverlas a cristalizar de nuevo en la perfecta geometría que les impuso el Único Señor. ... Leer resumen completoOcultar resumen completo
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El Laboratorio Alquímico
Este gran tema, la alquimia, es tratado aquí de manera a la vez profundamente original, y escrupulosamente tradicional. Dicho de otro modo, el autor se sitúa en una época, que no es la suya. Mucha maestría posee este investigador, y una suma de conocimientos de una extraña vastedad.
Ante una obra tan rica, tan profunda, todo lector, del artista al historiador, al científico, pasando por el simple curioso, se encontrará plenamente satisfecho.
Sólo las ilustraciones de un texto de estilo tan claro fascinará a más de uno. Una cronología de Eugene CANSELIET sirve de epílogo.
dto.