Del Hombre A Dios
Del Hombre A Dios
- EAN: 9788493926304
- ISBN: 9788493926304
- Editorial: Asociación Prosveta Española
- Año de la edición: 2011
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 110 X 160 mm.
- Páginas: 169
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Descripción
Una imagen puede darnos, aproximadamente, una idea de Dios: la de la electricidad. Nos servimos de la electricidad para alumbramos, para calentamos y para poner en funcionamiento toda clase de aparatos. Pero, ¡cuántas precauciones hay que tomar para no provocar accidentes!
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Los dos árboles del paraíso
«Desde hace miles de años los humanos han intentado comprender el origen del mundo, así como la aparición del mal (y su consecuencia, el sufrimiento) en este mundo. A menudo lo han presentado en forma de mitos, por lo que en los libros sagrados de todas las religiones se encuentran relatos simbólicos que hay que saber interpretar. La tradición cristiana utiliza el relato de Moisés, en el Génesis, en el que se dice que en el sexto día de la Creación, Dios hizo al hombre y a la mujer y los puso en el jardín del Edén, entre todas las especies de animales y plantas. Moisés sólo nombra dos árboles de este jardín: el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, del que Dios prohibió comer sus frutos a Adán y Eva...
«El Árbol de la Vida representa la unidad de la vida, en la que la polarización aún no se manifiesta, es decir donde no hay ni bien ni mal, una región por encima del bien y del mal. Mientras que el otro Árbol representa el mundo de la polarización, en el que es obligado conocer la alternancia de los días y de las noches, de la alegría y de la pena, etc... Estos dos árboles son pues regiones del universo, o bien estados de conciencia, y no simples vegetales. Y que Dios dijera a Adán y Eva que no comieran del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal significa que aún no debían penetrar en la región de la polarización... »
dto.
Los frutos del árbol de la vida
"El Árbol sefirótico, el Árbol cabalístico de la Vida, es una imagen del universo que Dios habita e impregna con su esencia, una representación de la vida divina que circula a través de toda la creación. Ahí tenéis un sistema que os impedirá dispersaros en vuestra actividad espiritual. Si trabajáis durante años con este Árbol, si lo estudiáis, si saboreáis sus frutos, introduciréis en vosotros el equilibrio y la armonía de la vida cósmica."
dto.
Centros y cuerpos sutiles
Desde hace miles de años, los hombres se están ejercitando para multiplicar y amplificar sus sensaciones y percepciones mediante el uso de los cinco sentidos, y este juego sobre el teclado de los cinco sentidos es lo que llaman cultura y civilización.
Pues bien, eso es algo pobre. A pesar del grado de refinamiento que puedan alcanzar, los cinco sentidos siempre estarán limitados, porque sólo pertenecen al plano físico y no explorarán otra cosa que el plano físico. Mientras los seres humanos no comprendan que hay otros campos a explorar, ver, tocar, respirar, no podrán experimentar nuevas sensaciones, más amplias, más ricas, más sutiles. Cada órgano está especializado: cumple una determinada función y sólo produce sensaciones de acuerdo a su naturaleza. Para experimentar sensaciones nuevas, hay que dirigirse a otros órganos, a otros centros sutiles que también poseemos.
dto.
Las leyes de la moral cósmica
«Los agricultores fueron los primeros moralistas. Cuando no siembran, no esperan ninguna cosecha, y si plantan lechugas, saben que no recolectarán zanahorias. ¿Por qué entonces un hombre que siembra el odio y la discordia, puede esperar recolectar el amor y la paz? Para tener un palacio de mármol, no se utilizan ladrillos. Para tener un cuerpo sano, no se absorben alimentos putrefactos. ¿Cómo tener pues un psiquismo sólido, resistente, una inteligencia clara y un corazón generoso, si no cesamos de engendrar sentimientos y pensamientos desordenados, envenenados por la avidez o el rencor? Hay que hacer una selección en sus pensamientos y sus sentimientos como para la alimentación y la construcción de una casa… Las leyes que rigen nuestro psiquismo son las mismas que aquéllas que han sido descubiertas en los otros ámbitos de la naturaleza y de la técnica. Ni los hombres, ni las sociedades han inventado la moral; la moral está inscrita en toda la naturaleza, es la prolongación de las leyes naturales en nuestro psiquismo.»
dto.