El pensamiento occidental está descubriendo el simbolismo. La psicología, el psicoanálisis, la etnología han atraído la atención del público estudioso sobre el símbolo como modo de conocimiento. Comprendemos hoy que el símbolo, el mito, pertenecen a la esencia de la vida humana, que los símbolos jamás desaparecen de la realidad psíquica, que el pensamiento simbólico es consustancial al hombre.

¿Tienes el valor de ser libre? ¿No sólo de desear la libertad, sino de afrontar cada momento sabiendo que tienes el derecho y el poder espiritual de vivir sin miedo, preocupaciones o dudas? Todas las experiencias que vivimos constituyen, en realidad, oportunidades para crecer, y has de ser consciente de que has nacido con las bazas espirituales necesarias para enfrentarte a lo que te pueda deparar el futuro. Cuando te des cuenta de que nadie puede ser como tú –de que ningún otro ser puede percibir la belleza, la aflicción, la luz y la oscuridad que sólo tú eres capaz de ver–, ya nunca más querrás parecerte a nadie. Por fin, serás la persona sin miedo que en lo más hondo de tu corazón siempre has deseado ser.

«El valor de ser libre es el regalo de un maestro, todas sus páginas están llenas de pensamientos que contribuirán a calmar tus ansiedades y a aplacar tus miedos, que te ayudarán a vivir una vida más presente y valiosa». Daniel G. Amen Autor del bestseller Cambia tu cerebro, cambia tu cuerpo

MEDITACIONES PARA VIVIR LA VIDA PRESENTES EN EL AHORA SINTIÉNDONOS REALMENTE VIVOS

En estas páginas te acompañaré mientras tú saboreas tu vida, conocerás al probarla si te deleitas con su sabor, si los ingredientes que le has puesto son adecuados y potencian su sabor, o si lo has disfrazado con especias y otros aromas.
Al ser tú, tu propio cocinero, sabrás como modificar este guiso para que esté a tu gusto.
Vamos a comenzar un camino, un viaje hacia el interior, en el que el viajero eres tú. Este es un encuentro contigo mismo, donde tú eres el único que puedes cambiar tu realidad, tú eres el protagonista, el caminante, el mentor, el maestro, el que con tus respuestas sabrás como hollar en el sendero de ésta, tu propia vida.
Como buen peregrino en este camino que es tu vida, la distancia a recorrer la pones tú, tú decidirás cuánto caminas y en cuánto tiempo, mirarás tu sentir, te acordarás de respirar y guardar tus tiempos, con sinceridad, sabiéndote respetar, con el libre albedrío del que sabe por dónde pisa y decide con libertad.
Tu auto-observación, el conocer tus fuerzas, medir tus descansos y tus silencios, te hará renovar tu impulso o frenarte en tu motivación. Cada etapa en este sendero requiere un tiempo, este tiempo es tuyo... Como se dice a los peregrinos en el Camino de Santiago... ¡Buen Camino!