Doctrina Y La Enseñanza Del Zen
Doctrina Y La Enseñanza Del Zen
- EAN: 9789501710182
- ISBN: 9789501710182
- Editorial: Kier
- Encuadernación:
- Medidas: 0 X 0 mm.
- Páginas: 0
(0 Comentarios)
Comenta y valora este libro
AGOTADO
Otros libros de Budismo Zen
Depende de tí : la práctica de la autorreflexión en el camino budista
«Dzigar Kongtrül Rimpoché ha escrito un libro práctico y cautivador, que nos habla a todos con una claridad excepcional sobre la confusión, incertidumbre y miedo; sobre la intrepidez y la valentía, y sobre consciencia, alegría, cordura y libertad. Es un libro que no me canso de recomendar.»
-SOGYAL R!MPOCHÉ autor del Libro tibetano de la vida y de la muerte
«Después de haber escuchado a Kongtrül Rimpoché dar enseñanzas muchísimas veces, empecé a intentar articular qué es exactamente lo que hace que su estilo de presentación produzca un impacto tan profundo. En parte, se debe a la larga e intensiva formación budista que ha recibido de maestros sumamente sabios y experimentados, así como a su experiencia vital, que se caracteriza por el hecho de no vacilar nunca, sino de retarse continuamente a sí mismo a ir un paso más allá de lo que es seguro y predecible. En parte, a que se ha sumergido sin reservas en la cultura occidental. La intimidad con que conoce la mente de sus estudiantes sólo es posible porque sabe lo que se siente estando en la piel de ellos. También, por otra parte, se debe a su franqueza implacable, a su sentido del humor, a que con él te sientes comprendido y valorado, y además porque te transmite la impresión de que no puedes librarte tan fácilmente, de que si te estás escondiendo o te estás echando atrás él tratará la cuestión.»
-PEMA CHÖDRÖN autora de Cuando todo se derrumba y Los lugares que te asustan
dto.
El canto del dragón
El capítulo Ryûgin se articula alrededor de dos metáforas: el árbol seco y el canto del dragón.
El árbol seco es una metáfora muy utilizada en el Chan chino, aunque procede del taoísmo anterior al Chan e incluso se empleaba en la India prebúddhica, en la tradición de los sramanas, o ascetas errantes, buscadores de la verdad, que formaban comunidades alrededor de maestros experimentados en los estados meditativos.
La otra metáfora alrededor de la cual se articula esta enseñanza es el canto del dragón , que es el título del capítulo, ryûgin.
Ryû es dragón.
El término gin, traducido aquí como canto , se usa en referencia a una variedad de sonidos, desde cantar y recitar, hasta llorar, gemir, susurrar, suspirar, tararear, etc., tanto humanos como animales.
En la música tradicional china, el término ryûgin se refiere tanto a un tipo de flauta ryûteki como a un determinado estilo melódico ryûgin cho caracterizado por la melancolía, la desolación ante lo inevitable, por la tristeza que produce el deterioro provocado por el paso del tiempo y por la pérdida.
dto.
Domar el Toro. Un acercamiento a la Senda Zen.
El Zen busca hallar una comprensión directa de la realidad. Fue difundido durante el Siglo VI desde la India a China, donde se le consideró como lo que apunta directamente al corazón del hombre. Luego llegó a Japón con el Maestro Dogen, donde adquirió esta forma tan característica que ha perdurado hasta hoy.
El Taoísmo, modo de liberación primitivo, apadrinó el nacimiento del Zen, al unirse al Budismo Mahayana hindú. La fusión de ambas filosofías dieron nacimiento al Zen.
La meditación Zen es un vacío dinámico y vivo, inaprensible y atemporal, cuya verdadera naturaleza permanece desconocida. La esencia de la vida se siente, no se piensa (no se racionaliza o conceptualiza), y cuando se capta se comprende su naturaleza de vacío. Al vivir en la espontaneidad de nuestro ser genuino de nada sirve los dogmas y las teorías. Objetivar, cosificar, conceptualizar la realidad es la pretensión obsesiva que persigue el conocimiento convencional del hombre de occidente.
El estudio de "Los diez toros del Zen" del Maestro Kakuan (siglo XII de nuestra era) nos invita a descubrir que en definitiva una vida dedicada, por paradójico que parezca, a la búsqueda de un fin está vacía de todo contenido; es una persecución incesante que falla siempre. Una vez libre de un ego enfermizo, del personaje ficticio que no hemos dejado de construir y que genera deseos artificiosos, miedo y ansia de futuro, estaremos entonces disponibles para recibir el mundo a través de la plena luz de la consciencia del Ser Imperecedero, nuestra Naturaleza de Buddha.
dto.