El Jesucristo transpersonal nos invita a una inspiradora aventura interior precisamente en este momento social tan árido en valores profundos que recuerda a la travesía de un desierto. Para animarnos a atravesarlo, Doria nos provee de un «bidón» con 40 propuestas de comprensión y autodescubrimiento capaces de saciar la sed de orientación y abrir horizontes insospechados. Cada uno de los «40 litros» del bidón toma como punto de partida una frase de Jesucristo, cuya reflexión de ámbito transpersonal va más allá del dogma religioso y las creencias, al tiempo que renace plena de actualidad y significado.

El lector encontrará en estas páginas reflexiones, testimonios, decretos creadores y ejercicios para abordar la vida cotidiana, todo ello desde una visión sencilla que despierta la sabiduría del corazón. Su enfoque va dirigido no solo a quien se encuentra en el descreimiento, sino también a aquel que cultiva el espíritu cristiano y desea ampliar su visión para acercarse a una espiritualidad transreligiosa que tenga la consciencia como núcleo fundamental.

Por su original concepción y propuesta práctica, esta obra está destinada a marcar un antes y un después en la vida de sus lectores.

Es un libro en el que el autor nos toma de la mano y nos lleva a experimentar la experiencia de unidad. Tiene capítulos monográficos sobre diversos aspectos de interés para el tema principal, en los que define y explica las emociones, los pensamientos, las creencias, el proceso de indagación interna y el despertar. Asimismo, habla de la gestión de la atención y de las tradiciones espirituales.

Por muchos libros leídos, por abundantes informaciones que hayáis recibido, por multitud de conferencias a las que hayáis asistido, incluyendo la participación en numerosos cursos, seminarios y diferentes dinámicas de grupo, etc.… Todo ello no te servirá ¡DE NADA!, si no reconoces LA INTENSIDAD DE LA BELLEZA DE TU CORAZÓN Y EL AMOR QUE YA HABITA EN SU INTERIOR.

¡RECONÓCETE COMO LA LUZ QUE ERES!…

Es una invitación para que nos revelemos como seres “desnudos sin máscaras” y abracemos nuestros dones espirituales sin temor desde nuestra SOBERANÍA INTERNA, ¡de forma NATURAL!