Este es un libro que viene de la luz para dar luz e inspirar a otros. Es éste mi diario en el que yo, Belén de la Paz, desnudo mi alma relatando mis experiencias más intimas, mis conversaciones con la Divina Madre, los maestros y altos seres de luz que me apoyan

y me guían en mi aprendizaje a lo largo de mi vida. Aquí lo explico todo, sin censurar ni cambiar nada, así se me indicó que lo hiciera. Aquí está toda la información que ellos me fueron transmitiendo, experiencias que me fueron forjando y transformando en una mejor persona, humanizándome y abriendo mi corazón al amor a través de la comprensión, compasión y el perdón.

Honro a la Madre Tierra y a todos sus habitantes, sea cual sea su raza, creencias o credos, honro a la luz del día y a la oscuridad de la noche porque en ambas me encontré y me dibujé.

No te quedes con preguntas en tu interior.
Busca respuestas, por increíbles que parezcan, serán verdaderas.
Lo único que tienes que hacer es cerrar tus ojos, respirar, y ver cómo afloran las respuestas, la comprensión y el saber hacer.
Haciendo, avanzamos. Hablando, retrocedemos.
Y callando, aprendemos tanto.

La civilización perdida. Dicen que la Atlántida fue un gran continente cuyo periodo abarcó desde el 150.000 a.C. hasta el 10.000 a.C., y que fue destruido víctima de un cataclismo originado por el propio hombre.

Son muchas las leyendas que corren sobre las grandezas de la Atlántida. Los atlantes fueron un pueblo pacífico, civilizado y culto, que vivía en armonía y amor. Unían la amabilidad con la sabiduría, y no daban importancia a la posesión de riquezas materiales.

Una vida en la Atlántida es un relato basado en las experiencias propias de la autora en estado de regresión y en vivencias en sueños y en canalización.

Esther Francia es Doctora PhD y Máster de Psicoterapia por la University of Advanced Sciences de Florida en Estados Unidos. Cursó estudios de psicología, especializándose en psicopatología de adultos y de niños. Posee formación en terapia regresiva y es Máster de análisis del inconsciente a través de los sueños.

"En el proceso de Ascensión planetario que están ustedes experimentando, los viejos patrones, las viejas costumbres y sus formas de entender “la vida”, están cambiando rápidamente. Sus cuerpos inferiores, físico, mental y emocional, necesitan de un tiempo para acostumbrarse a esos cambios, tiempo que no disponen por la inminencia de los mismos.
 Para apoyar y acelerar este proceso ascensional, individual y colectivo, que está teniendo lugar, nosotros, los Arcturianos, estamos colaborando con las semillas estelares y los trabajadores de la luz conscientes, a través de distintos canales telepáticos, con el fin de dar a conocer mensajes, conceptos, aclaraciones y técnicas de Ciencia Espiritual Arcturiana, que puedan ser de ayuda a todo ser humano que decida unirse a este movimiento de liberación planetario.
 Esta recopilación de información arcturiana, les ayudará a entender, comprender, integrar y manifestar la verdadera esencia de sus almas, el verdadero sentido de “vivir”. Bienvenidos, a la quinta dimensión, soy Juliano, somos los Arcturianos.

 En el año1993, tuve un sueño. Un ser envuelto de luz blanca y dorada, me decía:
“Hola, soy Josuel, un ángel-guía, hoy conecto contigo porque durante un tiempo estaré contigo para darte una serie de informaciones que deberás agrupar en un libro, cuyo título será “Tiempo de Ángeles - Diálogos con Josuel”. Y sin más desapareció.
 Desde entonces ha pasado mucho tiempo.
 Para ser fiel a la verdad, os tengo que confesar que, en estos últimos años, mi vida ha cambiado mucho, pero no me siento especial ni diferente, creo que hay que normalizar la palabra canal, canalizar y canalizador. También soy de la opinión que no hay que frivolizar sobre la canalización, pues es algo muy serio, vital y necesario en este momento.
 Desde que empecé este camino no me he puesto ninguna meta, no tengo intención de convencer a nadie, sólo les pido a mis guías y maestros que me den siempre la información que necesitan las almas que hay delante de mí, en este momento, para hacer mi trabajo lo mejor posible. No me incumbe a mí el que me crean o no, no me incumbe el que me acepten o me critiquen, lo único que yo puedo hacer es efectuar el trabajo con la máxima honestidad, responsabilidad, claridad, transparencia y, en lo que pueda, humildad. Utilizando el corazón y la energía del Amor.