El reino animal
El reino animal
- EAN: 9788494851766
- ISBN: 9788494851766
- Editorial: Editorial Nous
- Año de la edición: 2019
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 130 X 210 mm.
- Páginas: 111
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Descripción
¿Hay un propósito más elevado detrás de las relaciones que tenemos con los animales domésticos? La respuesta es un rotundo “sí”. El Reino Animal, Una Perspectiva Espiritual, profundiza en nuestra comprensión del misterio del reino animal.
Este libro explica el propósito divino de nuestra asociación con los animales domésticos, y el importante papel que la humanidad tiene que desempeñar en su evolución. El Reino Animal, Una Perspectiva Espiritual, es una recopilación que invita a la reflexión, de extractos de los libros de Alice A. Bailey, quien escribió: "El servicio que la humanidad debe prestar, consiste en crear la unidad, la armonía y la belleza de la naturaleza, fusionando el alma en todas la formas en una unidad relacionada y activa. Al principio, se logra individualmente, luego, en forma grupal, y finalmente, se manifiesta por medio de un reino de la naturaleza".
Otros libros de Escuela Arcana
El Séptimo Rayo
Para ayudar a los hombres y mujeres que se esfuerzan por prepararse para el servicio grupal durante esta era de transición, el Maestro Tibetano Djwhal Khul sugirió el estudio de todo lo que había escrito sobre el séptimo Rayo de Orden Ceremonial.
El Séptimo Rayo: Revelador de la Nueva Era es una recopilación de las declaraciones que se encuentran en los libros que Djwhal Khul escribió con Alice Bailey.
dto.
Telepatía y el vehículo etérico
La base científica del ideal ampliamente aceptado de la “hermandad humana”, reside en el hecho de la estructura etérica –o energía – entretejida que subyace todas las formas en todos los reinos dentro del planeta. Es esta unidad esencial la que proporciona las condiciones para la intercomunicación a todos los niveles de consciencia, y crea la posibilidad de la impresión simultánea en muchos mediante una corriente de energía inspirada por el Plan.
El ocultismo tiene que ver con los hechos científicos tras los idealismos espirituales que muchos aceptan, porque idealizar es una tendencia humana natural. Uno de los conceptos más idealizados, es la de la hermandad humana. El ocultismo muestra que la base científica de ese ideal reside en el hecho de que una estructura etérica subyacente en todas las formas dentro del sistema solar, energizada y mantenida en la existencia por una fuerza vital. Por lo tanto, la humanidad es una en la vida y en la forma; simplemente es inconsciente de la unidad en su propia consciencia.
En todo este proceso, las facultades del hombre juegan un papel importante –los cinco sentidos objetivos con sus cinco contrapartes espirituales. El principio o facultad mental es de tremenda importancia para la humanidad en esta etapa en su desenvolvimiento evolutivo. La triple mente unifica como una facultad, la mente superior o abstracta, el alma –el hijo de la mente, y la mente inferior concreta. A medida que esta condición de fusión y control mental se desarrolla, el discípulo aprende a usar la mente de nuevas maneras, especialmente en el manejo de la energía que, dado que vitaliza y anima su cuerpo etérico, influencia mediante radiación su efecto en los demás.
Es a través de este uso controlado y consciente de la energía mental, que se puede establecer científicamente comunicación telepática con otras mentes mediante la estructura etérica común a todos. Y por los mismos medios la mente del discípulo o de un grupo de discípulos que estén desarrollando conciencia grupal, pueden ser impresionados por la claridad de pensamiento y de propósito de aquellos miembros de la Jerarquía espiritual que se ocupan del funcionamiento del Plan para la humanidad. Se nos dice que la Jerarquía espiritual trabaja solamente a través de las mentes de los discípulos, utilizando la ciencia de impresión, y solamente para los objetivos del Plan. La impresión es transportada como una corriente de ideas –aquellas ideas inherentes en el Plan para el hombre– que el discípulo o el grupo, pueden entonces interpretar y traducir a una acción escogida por ellos mismos.
La forma de telepatía que se está desarrollando ahora dentro de los aspirantes del mundo espiritualmente despiertos, no es, por lo tanto, la del centro plexo solar que es de naturaleza animal, sino el resultado de una polarización y penetración mental en la conciencia hacia el alma y la Tríada. Esto produce un canal de comunicación abierto en dos direcciones –verticalmente hacia la Jerarquía espiritual del planeta, buscando impresionar el Plan en todas las mentes receptivas, y horizontalmente hacia las mentes de los hombres unidas en la sustancia mental de la conciencia humana como una.
La segunda parte de este libro discute la estructura etérica del planeta y del sistema solar del cual cada hombre y cada forma es una parte integrante; el patrón del triángulo en el control del flujo de la energía y en establecer una continuidad de circulación a través de todo el sistema, tiene una importancia inmediata para la humanidad. Estamos implicados en la vida del Logos Planetario –“en Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”– y somos parte contribuyente del esfuerzo actual de llevar el cuerpo etérico bajo la influencia del alma, simbolizada por el triángulo. Hasta donde, y a la velocidad, que tengamos éxito, la estructura etérica planetaria estará cambiando de forma para volverse más conscientemente integrada en el sistema de energía del cual nuestro planeta es una pequeña unidad.
Así se ejemplifica el proceso vivo de unidad –la parte contribuyendo a la totalidad, y la totalidad afectando a la parte a través de cada célula y de cada átomo de todos los grados de sustancia que contiene.
dto.
Autobiografía inconclusa
Su muerte, sobrevenida en diciembre de 1949, impidió a la autora terminar la redacción de esta obra. No obstante, revela gran parte de la vida de Alice A. Bailey mostrándonos claramente las etapas de su itinerario espiritual. Partiendo del evangelismo cristiano, llegó a la maestría de esta ciencia que es el esoterismo, en la que desplegó actividades de escritora, conferenciante y docente.
Alice Bailey, algo reticente, aceptó emprender su propia autobiografía. Lo que la hizo decidir finalmente a escribir sobre su vida fue la carta de un amigo que, según dice, sentía profundamente que "podía prestar un servicio si explicaba a la gente cómo había llegado a lo que soy, siendo de utilidad saber de qué manera una activa y rabiosa cristiana ortodoxa llegó a convertirse en una muy conocida instructora esotérica".
Partiendo de un trasfondo Británico conservador, la vida condujo a Alice Bailey por muchos caminos, pero siempre en una dirección: hacia el momento en el que, a través de drásticas experiencias personales de muchas clases, logró la síntesis de perspectiva y comprensión, y una absoluta convicción de que la vida divina una compenetra y anima a la humanidad una; de que el Plan para la humanidad requiere de la colaboración y el servicio de seres humanos entrenados y dedicados, inteligentemente informados de los asuntos del mundo, en colaboración con aquellos que forman la Jerarquía espiritual, el gobierno interno del planeta. El trabajo de su vida llegó a ser parte integral de esta síntesis y de esta comprensión. Sin perder en lo más mínimo sus cualidades y compromisos humanos, su alma asumió la misión para con su Maestro, y su personalidad proporcionó una cooperación total en el campo de servicio aceptado.
Básicamente su trabajo se desarrolló como una dualidad: su servicio como discípulo a su propio Maestro, Koot Humi, que incluyó la fundación de la Escuela Arcana. y su acuerdo, al cual fue reticente en un principio, de trabajar con el Tibetano, Djwhal Khul, en la redacción de una serie de libros que presentarían la próxima fase en la continuidad de la enseñanza de la Sabiduría Eterna destinada al presente y al futuro inmediato.
Este trabajo con el Maestro Tibetano empezó en 1919. En su introducción a "Tratado sobre Fuego Cósmico", Foster Bailey comenta: "Alice A. Bailey en su Autobiografía Inconclusa, publicada en 1951, narra la historia de los años dedicados al trabajo telepático que realizó conjuntamente con El Tibetano. Relata el primer contacto establecido con él en el plano físico, que tuvo lugar en California, en noviembre de 1919. El trabajo proyectado debía abarcar un período de treinta años. Treinta y tres días después de finalizar dicho período, (en diciembre de 1949), Alice A. Bailey se liberó de las limitaciones del vehículo físico".
Esta rápida liberación es asimismo responsable de que la autobiografía esté inconclusa.
Cuando desarrollaba su trabajo con el Tibetano, y como sus propios escritos, conferencias y el trabajo inicial de la Escuela Arcana empezaron a demostrar su utilidad, el Tibetano aprovechó el estrecho vínculo telepático con AAB para establecer ciertas actividades requeridas por el trabajo de Jerarquía para la humanidad. La Escuela Arcana, aunque nunca fue controlada o dirigida por el Tibetano, fue utilizada para anclar actividades de servicio tales como Triángulos, Buena Voluntad Mundial y la distribución de la Gran Invocación. Ciertos tipos de trabajo de meditación también fueron sugeridos por el Tibetano como un servicio planetario, especialmente las Meditaciones Redentoras para la Preparación para la Reaparición de Cristo y para Atraer Dinero con Fines Jerárquicos; y la Escuela Arcana en 1947 empezó un estudio serio de los problemas básicos de la humanidad, basado en su libro de ese mismo título.
Por consiguiente, la Escuela Arcana como un canal cada vez más útil y utilizable entre la Jerarquía y la humanidad, fue utilizada por el Maestro DK con el consentimiento y la cooperación de A.A.B. para anclar firmemente ciertos principios esotéricos y realidades necesarias en la conciencia humana y para demostrar que el esoterismo es un modo de vida, y no un escape hacia las abstracciones vagas, místicas. El trabajo de su vida entera, aunque consagrado a dos servicios distintos, demostró esa síntesis de perspectiva y actitud característica de cada discípulo mundial.
En palabras de Foster Bailey, incluidas en la introducción a la Autobiogafía: "La mayor parte del trabajo en su vida siempre fue subjetivo, y hemos visto y observado sus efectos objetivos en el ir y venir externos, la hemos ayudado y querido, criticándola a veces, quejándonos otras, pero siempre seguimos adelante con ella y por ella, cada vez mejor y más arriba, lo cual no hubiera sido posible de otra manera...Eligió el sendero de los Salvadores del Mundo. Ahora ha retornado a su Maestro K. H., a fin de realizar juntos un trabajo más osado para Cristo".
dto.
De Belén al calvario
Solamente diré que soy un discípulo tibetano de cierto grado; esto puede significar muy poco para ustedes, porque todos son discípulos, desde el aspirante más humilde hasta más allá del Cristo Mismo. Tengo
un cuerpo físico al igual que todos los hombres; resido en los confines del Tíbet, y a veces (desde el punto de vista exotérico), cuando me lo permiten mis obligaciones, presido un grupo numeroso de lamas tibetanos. A
esto se debe la difusión de que soy abad de ese Monasterio Lamásico.
Aquellos que están asociados conmigo en el trabajo de la Jerarquía (los verdaderos discípulos están unidos en este trabajo), me conocen también con otro nombre y cargo. A.A.B. conoce dos de mis nombres.
Soy un hermano que ha andado un poco más por el sendero, y por consiguiente, tengo más responsabilidades que el estudiante común. He luchado y he abierto un camino hacia la luz y logré mayor cantidad de
ella que el aspirante común que leerá este artículo; por lo tanto, tengo que actuar como transmisor de luz, cueste lo que cueste. No soy un hombre viejo, con respecto a lo que la edad puede significar en un instructor,
y tampoco soy joven e inexperto. Mi trabajo consiste en enseñar y difundir el conocimiento de la Sabiduría Eterna dondequiera que encuentre respuesta, y esto lo llevo haciendo muchos años. Trato también
de ayudar a los Maestros M. y K.H. en todo momento, porque estoy relacionado con Ellos y Su trabajo. Lo expuesto hasta aquí encierra mucho, pero tampoco les digo nada que pueda inducirles a ofrecerme
esa ciega obediencia y tonta devoción que el aspirante emocional brinda al Gurú o Maestro, con el cual aún no está en condiciones de tomar contacto, ni puede lograrlo hasta tanto no haya transmutado la devoción
emocional en desinteresado servicio a la humanidad, no al Maestro.
dto.
