Genial retratista de la condición humana, el Premio Nobel Elias Canetti es el autor de la más inquietante y divertida tipología de caracteres jamás escrita.
Para Canetti, "el hombre es la medida de todos los animales". Y El testigo oidor, su particular bestiario, es mucho más que una indagación del delirio en el que vive nuestra especie. Su divertida denuncia de la mascarada humana sugiere "la pobre salud mental del mundo en que vivimos", como escribe en el prólogo Caludio Naranjo, quien recomienda la lectura de estos retratos surrealistas como una manera de aprender más acerca de uno mismo y de la vida.
Entre estos cincuenta caracteres hay esteticistas repulsivos como el Calosaurio, lujuriosos impasibles como la Granítica, perfeccionistas airados como la Blanquisidora o cleptómanos zalameros como el Muerdecasas. Puede ser interesante asociarlos con amigos y familiares, pero el siguiente paso es aún más importante: intentar reconocerte humildemente a ti mismo en uno o más de estos retratos como puños.

Prólogo de Claudio Naranjo

El eneagrama permite conocernos mejor y descubrir qué facetas de nuestra personalidad dominan en nuestro temperamento y conducta. Habitualmente se describen nueve tipos:
el perfeccionista, el indispensable, el triunfalista, el especial, el pensador, el leal, el alegre, el líder y el tranquilo.

Mediante este conocimiento propio es posible comprender a una luz nueva la biografía personal de cada uno, pero sobre todo ayuda a desatascar viejos problemas que no hemos resuelto y nos enseña a utilizar una serie de recursos que nos convierten en actores de nuestro cambio «a mejor».

La originalidad de este libro consiste en que explica la génesis de los diferentes perfiles psicológicos e introduce una décima personalidad, la del portador de vida, que permite un enriquecimiento permanente de nuestro vivir.