Los imanes se utilizan desde tiempos inmemorables. Los utilizaban los chinos (inventaron la brújula). Desde siempre se ha utilizado para aliviar los dolores, los Egipcios molían la ferrita que mezclada con las comidas ayudaban a la alta sociedad de la época a mejorar su salud.

También se utilizaba para mejorar la piel y eliminar la arrugas, (se dice que Cleopatra se los ponía en la cara para rejuvenecer), hoy sabemos que aumentan la oxigenación y mejoran la circulación de la sangre.

Aun en la 1ª guerra mundial, se utilizaban los imanes en el frente para calmar los dolores durante las operaciones,

Hoy se ha perfeccionado mucho esta técnica, se usa en los hospitales con gran aparatología, pero cualquier terapeuta bien entrenado puede conseguir resultados parecidos con varios, sencillos y humildes imanes.

El aun reciente descubrimiento del pH del cuerpo, ha creado una gran industria de productos alcalinizantes para neutralizar la acidez del cuerpo.

Sin embargo la función de dos humildes pares que crean una corriente magnética que obliga al cuerpo a alcalinizar este pH, junto con el testaje kinesiológico para localizar aquellas zonas donde la acidez ha activado a virus y/o bacterias que se han activado, a conseguido crear esta maravillosa terapia denominada Pares Magnéticos-

El Dr Goiz, ha conseguido un estupendo trabajo estudiando y recopilando la información de estos pares, que después se ha ido desarrollando por otros médicos y terapeutas

En la vida actual, las profesiones tanto manuales como intelectuales se especializan cada vez más, haciendo la actividad unilateral y monótona. Sólo pone en movimiento, casi automático, determinados músculos del cuerpo, y algunas facultades de la mente, dejando el resto casi del todo inactivo. 

Para corregir estas anómalas condiciones y recobrar el equilibrio físico y mental son muy necesarios los ejercicios físicos de este libro, que están basados en la interacción de cuerpo y mente, y en la coordinación de los estados físicos y emocionales. 

El ejercicio físico es imprescindible para la conservación de la salud y la curación de enfermedades. 

Cada individuo tiene un color que distingue su forma de ser -rojo, amarillo, verde, naranja, azul, violeta, índigo-. Estos siete colores proporcionan una clave cromática sorprendentemente exacta para el análisis de la personalidad.

Son muchas las formas de investigar el color dominante de una persona; sin embargo, el psicólogo cromático experto puede reconocer en breve tiempo el color y el tono de una persona a través de sus hábitos y comportamientos.

Una de las principales aportaciones de este libro es el cuestionario cuyas preguntas forma un sistema original y global de psicoanálisis por medio del color, el cual facilita una clave que permite establecer un juicio correcto sobre la personalidad, las debilidades y aptitudes del interrogado, ayudando así a determinar las causas psicosomáticas de enfermedades pasadas y pronosticar las futuras, además de establecer sobre bases firmes la profesión u ocupaciones en que el individuo puede desarrollar plenamente sus capacidades.