La palabra Mandala procede del sánscrito y su significado es simplemente «círculo». En el budismo tántrico tibetano el mandala representa a la totalidad y se le considera como un modelo de la organización estructurada de la vida, un diagrama cósmico que nos recuerda nuestra relación con el infinito, con el mundo que se extiende más allá de nuestros cuerpos y de nuestras mentes, con la realidad material y con la inmaterial, con la totalidad de la vida, con la Divinidad. Encontramos mandalas en todas las tradiciones religiosas de la humanidad, así como en todos los aspectos de la vida, desde los átomos, las células, los tenues copos de nieve y las estructuras florales, a los planetas, las estrellas y las galaxias. Occidente ha descubierto que dibujar y colorear mandalas nos ayuda a curar la fragmentación psíquica y espiritual, a manifestar la creatividad y a reconectarnos con nuestro centro, con nuestro Ser esencial.

Las imágenes del mundo natural siempre han fascinado a las personas. Los pájaros, las mariposas, las flores y los peces son temas maravillosos para pintar y dibujar. Una manera fácil de practicar tus habilidades artísticas es colorear, lo que te recompensará rápidamente con un resultado agradable. Y la mejor forma de aprender arte es copiando la obra de un maestro. Las láminas de este libro se han tomado de una variedad de fuentes históricas. Las flores proceden de Choix des Plus Belles Fleurs de Pierre-Joseph Redouté, publicado en 1827. Los pájaros proceden de dos fuentes: A History of the Birds of Europe (1871) de S.E. Dresser, y The Birds of America (1840-1844) de John T. Bowen y John James Audubon. Para las mariposas y los peces, recurrimos a The Naturalist´s Library, que fue editada por el gran naturalista escocés Sir William Jardine (1800-1874). Las ilustraciones fueron grabadas por William Lizars (1788-1859). La elección de los materiales artísticos que puedes usar para colorear es muy amplia: los lápices de colores a base de aceite, cera o solubles en agua dan excelentes resultados. Puedes usarlos secos, difuminándolos con los dedos o con un muñón de papel, o diluirlos con aceite, o agua para los lápices hidrosolubles. Sea cual sea el medio que elijas, disfrutarás muchas horas coloreando estas bellezas de la Naturaleza.