La parte que falta

La parte que falta
- EAN: 9788478083510
- ISBN: 9788478083510
- Editorial: Editorial Sirio, S.A.
- Encuadernación: Cartoné
- Medidas: 170 X 230 mm.
- Páginas: 96
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AGOTADO
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El caballero de la armadura oxidada
El Caballero de la armadura oxidada no es un libro... es una experiencia que expande nuestra mente,
que nos llega al corazón y alimenta nuestra alma. Sus profundas enseñanzas éticas son de una sencillez y humildad tal que se consiguen interiorizar naturalmente y la riqueza de su prosa nos inunda de belleza.
El protagonista, un caballero deslumbrado por el brillo de su propia armadura, a pesar de ser bueno,
generoso y amoroso, no consigue comprender y valorar con profundidad lo que tiene, descuidando “sin querer” las cosas y las personas que le rodean.
Su armadura se va oxidando hasta que deja de brillar y, cuando se da cuenta, ya no puede quitársela.
Prisionero de sí mismo, emprende entonces un viaje al final del cual, gracias a la ayuda de diversos
personajes, logra deshacerse de la armadura que le ha imposibilitado abrirse al mundo. Este libro nos enseña, con un sutil sentido del humor, que debemos liberarnos de las barreras que nos impiden conocernos y amarnos a nosotros mismos para poder ser capaces de dar y recibir amor en abundancia.
ROBERT FISHER ha escrito para los mejores cómicos norteamericanos de su época (Bob Hope, Groucho Marx, Jack Benny, Lucille Ball, etc.). Coautor de más de mil programas de radio y de varias series de televisión, ha estrenado numerosas obras de teatro y dos películas en Hollywood.
dto.
La mensajera de la luz
He novelado esta historia, pero más allá del “velo”, los Maestros
me transmitieron la Verdad, pues siempre estuvieron y están conmigo.
Quien tenga oidos para oir, que oiga.
dto.
Más allá del arco iris
¿Sentiste tu también la decepción de aquel que esperaba encontrar perlas en la vida, y no halló más que ostras vacías y algas muertas? ¿Pensaste tú que la injusticia caía sobre tu cabeza ausente tu voz entre las voces de las multitudes que la habían llamado de la oscuridad de sus dominios? Y sin embargo el marinero no se siente decepcionado cuando el mar levanta sus olas contra él. Ni cree que su barco le trata injustamente cuando al fin desiste en su batalla contra el temporal. Un buen navegante simplemente lucha por mantener su barco a flote, por cabalgar sobre las olas en un arrebato furioso de vapor y exaltación, en un intento desesperado por seguir el rumbo y alcanzar el puerto con el que había soñado zarpar. Un destino... un rumbo... ¿Acaso alguna vez te marcaste un rumbo? ¿Acaso alguna vez te entregaste a las mareas de tu corazón para preguntarte que querías hacer con tu vida? No tiene sentido afrontar un temporal si no existe un destino por el cual luchar. En tal caso es mejor no salir del puerto, y guardar las velas para vientos mejores que no las hagan gemir ni las desgarren. Pero si decides empuñar el timón con un rumbo marcado, con la firme intención de tu corazón de llegar a la legendaria isla de las manzanas, entonces tu nave se hallará dispuesta a afrontar galernas y temporales, sin importar el crujido de las cuadernas, y con la confianza de que el restallido de las velas soportará la violencia del viento... ¿Has pensado qué quieres hacer con tu vida? No...no me digas que es tarde para eso... Nunca es tarde para darle un rumbo a tu navío. ¿Qué quieres hacer con tu vida?.
dto.