Mandala. Instrumento de crecimiento / Pedagogía del dibujo centrado
La finalidad de este libro es proporcionar a los usuarios las informaciones básicas indispensables para el buen funcionamiento de esta práctica y mostrar en qué medida el
dibujo centrado, llamado también mandala, es un instrumento de recentrado y de
bienestar, de uso sencillo.
El mandala es una representación organizada alrededor de un centro. Presente desde
siempre tanto en la naturaleza como en todas las culturas humanas, esta forma centrada
representa simbólicamente la estructura misma de la vida.
Se trata de una proyección visual de nuestra estructura interna que nos remite, en
silencio, a lo esencial y que se convierte en una puerta de entrada a nuestra conciencia.
Marie Pré, formadora pedagógica, nos acerca y facilita el uso de esta herramienta:
? Indicaciones prácticas y líneas de investigación para su correcta utilización;
? Conocer los últimos avances de esta actividad;
? Reflexionar sobre la pedagógica a la que está vinculada;
? Entender los modos de intervención y las vías de comprensión;
? Experimentar por nosotros mismos este trabajo gráfico y esclarecer nuestros
sentimientos;
? Comprender las implicaciones pedagógicas, terapéuticas y reequilibrantes de
esta actividad;
? Avanzar en el impacto que tiene en la conciencia y en el crecimiento personal.

Para el budismo, el mandala es una representación de los poderes divinos y las fuerzas del universo que sirven para concentrar la energía en un solo punto durante la meditación.Sus virtudes terapéuticas además, pueden ayudarte a recobrar un equilibrio y potenciar tu intuición creativa, transmitirte sosiego y calma interna. Generar en tu vida Las herramientas necesarias para encontrar armonía en tu ser. Estimular tus sentidos y descubrirte a ti mismo.

Pintar mandalas y meditar en ellos es un poderoso instrumento que potencia la creatividad, expande la conciencia y nos reconecta con nuestro Ser. Además nos ayuda a mejorar la comunicación con el mundo y nos permite desarrollar la auto-aceptación y la auto-observación de una manera natural e intuitiva. Nos centra, nos armoniza, nos hace sentir paz y bienestar. Quien pinta o medita sobre un mandala, comienza a descubrirse y comprenderse en verdad.

“Pintarlos, colorearlos o simplemente observarlos, detiene durante ese instante la vieja mente con sus turbulencias de pasado y futuro, y genera súbita alegría. El hemisferio izquierdo del cerebro, el racional, el estructurado, va perdiendo rigor y tensión, y un rápido entusiasmo creativo se instala en el aquí y ahora.”

Claudio María Domínguez

Esa es la función de este libro... Tomas los colores y ¡a pintar!

Mensajes de tus hadas