Los mandalas tienen una función transformadora en el plano espiritual, que nos permite conocer nuestro espacio interior y lograr un equilibrio y una purificación energéticos. Al colorear un mandala, expresamos nuestros estados de ánimo y con ello exteriorizamos y comprendemos nuestros sentimientos, recomponiendo lo que esté roto, con una práctica sencilla que nos permite lograr grandes beneficios personales. Por eso colorear mandalas es tan divertido como saludable.

Una colección excepcional de mandalas prehistóricos, africanos, hindús, bizantinos y japoneses. Todos son excelentes soportes para la meditación.Tanto adultos como niños aprenderán a colorear mandalas y disfrutar de sus efectos relajantes y sanadores.

Los mandalas son representaciones simbólicas presentes en la mayoría de las culturas, ya sea en la naturaleza, en el arte o en el mundo microscópico. Estos mandalas han sido concebidos para acompañarte en la búsqueda interior hacia la autoestima. Colorear los mandalas te permitirá vivir una experiencia enriquecedora y descubrirás otra imagen de ti, lo cual te ayudará a aumentar tu amor propio. Página tras página, adquirirás más consciencia de tu capacidad de amar, de aceptarte y de mejorar tu suerte, asumiendo toda la responsabilidad de tu vida y de tu felicidad.

Yergue la cabeza y vive ese nuevo sentimiento de autoestimación, pues eres un ser único y mereces existir.

«Es importante recalcar la calidad de este cuaderno, pues cada mandala ha sido diseñado con intenciones precisas y muy sentidas. Los mandalas tienen un centro bien visible y una circunferencia protectora y reconfortante que nos permiten contar con el apoyo y el poder del mandala. Gracias a las formas y el juego de los colores, los mandalas tienen la facultad de sostener, guiar, acompañar y proteger a las personas que se entregan a ellos».
Pauline Veilleux, educadora especializada en el dibujo de mandalas.Claudette Jacques ha pasado la mayor parte de su vida en la región de Montreal. La muerte de uno de sus hijos a una tierna edad la conmociona y la orienta hacia una búsqueda espiritual. En 1987 escribe un libro sobre lo ocurrido titulado Un ange dans ma vie (Un ángel en mi vida). Tras abrir un espacio creativo con libros sobre tendencias, se retira unos años más tarde para dedicarse a un trabajo más interior y creativo. En 1995, después de formarse en creación literaria, canto y pintura, descubre el mundo de los mandalas que se convierte para ella en una auténtica revelación. Con su alma de artista se lanza entonces a la creación de mandalas.