Los mandalas son representaciones simbólicas presentes en la mayoría de las culturas, ya sea en la naturaleza, en el arte o en el mundo microscópico. Estos mandalas han sido concebidos para quienes necesitan detenerse, hacer balance y reconciliarse con la vida. Al margen de que el momento tenga que ver con la creatividad, una crisis, la incertidumbre, el sufrimiento o una enfermedad, colorear dentro del círculo desde el centro hacia la periferia proporciona una sensación de paz y seguridad. Entrar en el círculo del mandala produce un cambio en el nivel vibratorio, une ambos hemisferios del cerebro y por ello armoniza las dualidades, los contrarios, y permite así alcanzar la armonía. Colorear los dibujos es una acción de conocimiento personal que proporciona un marco espaciotemporal propicio para sanar, volver al equilibrio y evolucionar.

Mandalas para grandes y pequeños (verde)

Cada uno de los libros de esta colección contiene quince mandalas para colorear adornados con un pensamiento. Cada número se centra en un tema específico y pretende ser una herramienta de acompañamiento para las personas que viven una situación relacionada con el tema. El método ancestral hawaiano del Ho oponopono es una herramienta para liberar las memorias o recuerdos que sobrecargan nuestro subconsciente y que, constantemente, crean escenarios repetitivos en nuestras vidas. Mediante la aplicación cuidadosa y consciente del método, activamos nuestro propio proceso de sanación y transmutamos nuestras programaciones deficientes en una mayor libertad. Cada dibujo mandala está hecho a mano con una clara intención: la de proporcionar un apoyo que dé seguridad a las personas en la búsqueda de sentido y de paz. Cada dibujo se muestra sobre una estructura dada, diseñada por intuición e inspirada en el tema. Cualquier persona que colorea el mandala disfruta de esas formas, y tiene, no obstante, la opción de añadir otras, así como palabras y nombres o de eliminar líneas. AUTOR ha pasado la mayor parte de su vida en la región de Montreal. La muerte a una tierna edad de uno de sus hijos la conmociona y la orienta hacia una búsqueda espiritual. En 1987, escribe un libro sobre lo ocurrido, titulado: Un ange dans ma vie (Un ángel en mi vida). Tras abrir un espacio multicultural, con libros sobre tendencias donde costureros, estilistas y fabricantes acuden en busca de inspiración, se retira unos años más tarde para dedicarse a un trabajo más interior y creativo. En 1995, tras formarse en creación literaria, canto y pintura, descubre el mundo de los mandalas, y éstos se convierten para ella en una auténtica revelación. Su alma de artista la conduce a la creación de mandalas específicos para diferentes situaciones anímicas